"Parado a un sofá de distancia del presidente Donald Trump en el Salón Oval, me di cuenta de que estaba escuchando al líder del mundo libre hablar con ira sobre el tema de los suspensorios", escribe Sebastian Smith.
"Y como tantas veces antes en este trabajo de corresponsal de la Casa Blanca, mis ojos se abrieron de asombro. Luego respiré hondo, volví a concentrarme e intenté acelerar mi toma de notas. Después de todo, era solo otro día en la Casa Blanca de Trump".