"Es 2 de mayo en Uruguay, un pequeño país de 3,4 millones de habitantes ahogado en el continente sudamericano, y aquí se acaba de lanzar la última fase de una ley única en el mundo para que el cannabis se produzca y se venda bajo el control del estado", escribe la corresponsal Katell Abiven, basada en la oficina regional de AFP en Montevideo.
"Para hablar de una medida así, hay que vivir la experiencia. Así que, obedeciendo a mi conciencia profesional y a mi gusto por el periodismo de terreno, aquí estoy… en la oficina de correos de mi barrio, en Montevideo".
"Una funcionaria de aire desilusionado acaba de inscribirme en el registro oficial de consumidores de marihuana, un procedimiento administrativo simple como declarar un cambio de domicilio o a comprar sellos, pero que parece increíble, ya que me da acceso a una droga prohibida en varios países".