Cuando los jugadores emergen del túnel antes del inicio de un partido, sorprende la ausencia de mascotas, la falta de apretones de mano con los oponentes. El árbitro hace sonar su silbato y un silencio de muerte envuelve el estadio. Esa es la realidad de la cobertura deportiva en la era del coronavirus, explica Fanny Carrier, la corresponsal de deportes de AFP para el oeste de Francia.