El silencio de Johannesburgo

Marco Longari, fotógrafo jefe de la AFP en África, ha vivido en Johannesburgo desde 2014. Empezó como fotógrafo en su natal Roma y en 1998 fue a Kosovo como freelance, un trabajo que resultó en el libro "Vecinos en guerra". 

Dos años más tarde, empezó su historia con África como colaborador en Ruanda. Luego se convirtió en el principal fotógrafo de la agencia en Nairobi y Jerusalén. Su trabajo durante la Primavera Árabe lo llevó a que la revista Time lo nombrara en 2012  Best Photographer on the Wires.

En marzo pasado, cuando empezó en Sudáfrica el confinamiento por por la covid-19 decidió contar la historia de manera diferente. En vez de usar una cámara digital como la que utiliza siempre, compró una LinhofTechnika III,  una máquina de gran formato que llegó al mercado en 1946. Esto le implicó moverse más lentamente, lo que en cierta forma encajó con la tranquilidad de la ciudad.

Marco sólo pudo encontrar dos cajas de película en blanco y negro. Las imágenes que produjo capturaron el espíritu de la ciudad, desprovista de su habitual ajetreo ... Fue como si  esta capital hubiera perdido su color. Un relato para leer y escuchar.

Para muchos Johannesburgo no es la ciudad ideal. Es grande, es pesada, es vibrante y en momentos peligrosa. Seis millones de personas en un área que se extiende de barrio a barrio y tiene todos los problemas comunes de contaminación, tráfico e inseguridad.  Hay límites para lo que puedes hacer y  a donde vas. Nunca puedes bajar la guardia, aunque no todo es inseguridad y miedo. Hay lugares en los que puedes dar un paseo tranquilo y otros donde no puedes, igual que pasa en París, Roma, Nueva York o Londres.  Esta ciudad tiene su propio espíritu. Encuentras personas reales, que trabajan y ocasionalmente luchan. En ningún lugar más que en mi barrio de Hillbrow, cada viaje a la tienda local está lleno de posibilidades, algunas buenas, otras malas, todas aventuras de algún tipo.

Cuando el confinamiento empezó, fue como si alguien hubiera apagado el sonido, como si nos hubiéramos pasado de una película de colores con banda sonora que dan vida a la pantalla a una muda, parpadeando en blanco y negro. El ruido fue remplazado por el silencio, el bullicio reducido a la calma. Quería capturar el sentido de la tranquilidad del confinamiento.

La ciudad se encontró silenciada a sí misma y se convirtió en "un nuevo lienzo en el que se estaban contando nuevas historias".

Esto no era un proyecto para una cámara digital. Necesitaba la gran profundidad y definición de la película. Tenía en la mente el asombroso trabajo que hizo David Goldblatt durante los años del aparthied en Sudáfrica. Quería aprovechar la calma de la ciudad que permitía concentración y precisión. Necesitaba la Lienhof.  Una vieja cámara plegable a la vista,  que era un regreso a los primeros días de la fotografía. Trabajas a ciegas para cargar la película con las manos dentro de una manga y desapareces cuando te metes bajo un paño para tomar la foto. Como no hay espejo,  la imagen que ves a través del lente está al revés. El foco tiene que estar absolutamente correcto, la luz, todo tiene que estar calibrado antes de tomar la foto.  Es un proceso muy diferente al trabajo que se hace diario como fotoperiodista en Agence France-Presse.

Barrio Hillbrow, Johannesburgo, 15 de abril de 2020 (AFP/ Marco Longari)

Hillbrow es una de las partes más antiguas de Johannesburgo, data de 1880. Ha cambiado un poco desde entonces aunque aún hay una gran vista desde lo alto de la montaña que cruza la ciudad. Ves hacia el centro de la metrópoli y tomas una perspectiva del amplio boulevard vacío con los edificios a un costado. Me puse en medio de la calle y metí la cabeza debajo del paño para hacer el tiro. Estaba en mi mundo al revés, disfrutando del silencio. Ese momento fue una bendición, una rara oportunidad. Sólo que cuando salí de debajo del paño me di cuenta de que tenía público. Había cerca de 20 personas en las ventanas de los edificios de atrás de mí. Esto pasa pocas veces, la gente se movía con suavidad a mi alrededor, como si entendiera el espíritu de lo que estaba haciendo.   

Johannesburgo, el 15 de abril de 2020, calle Lilian Ngoyi (AFP / Marco Longari)
Johannesburgo, el 15 de abril de 2020, vista de la calle Rissik, cerca de la estación Central.

 

7 de mayo de 2020, vista de los rascacielos Braamfontein y Hillbrow desde la gran terminal de autobuses de la calle Bree en Johannesburgo. (AFP/ Marco Longari)

Tomé esta imagen desde el segundo piso de una gran terminal de autobuses, normalmente abarrotada de gente. Es uno de los lugares de grandes encuentros para los locales. En el fondo podemos ver una zona bastante moderna del centro que estaba vacía y silenciosa cuando tomé la foto. Muy extraño.

Johannesburgo, 9 de mayo de 2020, en el distrito de Jeppestown (AFP/ Marco Longari)
Distrito de Kensington, en Johannesburgo el 9 de mayo de 2020. (AFP / Marco Longari)
Distrito de Kensington, Johannesburgo, el 9 de mayo de 2020. (AFP/ Marco Longari)
 

Tomar las fotografías es solo una parte del proceso. La otra es revelar. Actualmente sólo hay una persona que revela en blanco y negro en Johannesburgo, Dennis da Silva. Es especialista y una leyenda con derecho propio. Cualquiera que sea alguien en el mundo de la fotografía en Sudáfrica tuvo que haber pasado por Dennis en los últimos años. Los chicos del club Bang-Bang, Goldblatt, todos ellos fueron con Dennis. Trabajó en alguna gran impresión de Ernest Cole en la época en la que era asombroso.

Johannesburgo, el 9 de mayo de 2020. Don Buildings en la calle Commissioner. (AFP/ Marco Longari)
 

Desafortunadamente no quiso recibirme cuando lo llamé. Estaba confinado en su casa y le preocupaba contraer el coronavirus. Le llamé un día tras otro hasta que cedió. Abrió el laboratorio e hizo mi primera toma. No estaba muy impresionado. Me llamó y me dijo "Marco, ¿que hiciste?".

Me disculpé,  era mi primera vez y estaba tratando de cargar la película en el saco negro. Debí haber tenido un pequeño problema con las alineaciones, tal vez cargué mal la película. No es fácil en la oscuridad cuando todo es tocar y sentir. Algunas de las tomas quedaron inservibles. Prometí hacerlo mejor con la segunda caja. Afortunadamente lo hice y Dennis estaba muy contento. Al final pude tomar 16 cuadros de 40.

Johannesburgo, el 10 de mayo de 2020. Escena en la estación de Davies Street en Doornfontein. (AFP / Marco Longari)

Pasará un largo tiempo para que la vida en Johannesburgo vuelva a ser lo que fue. Aún no hemos alcanzado el pico de la epidémia. En cierto modo, como personas que hacen la crónica de los acontecimientos a medida que se desarrollan y registran la historia, tenemos la suerte de ser testigos de un evento de este alcance e intensidad. Pero eso también trae consigo un gran sentido de responsabilidad.

Cada día ponemos fotos que añaden un ladrillo a esta historia que se está desarrollando y  nos toca a todos en el planeta. Tenemos que llevar imágenes que tengan un significado, una identidad, una historia que hable a la gente. Hubo una etapa en la que me sentí atrapado en el torbellino de la historia, algo que es inevitable cuando trabajas para una agencia del tamaño de AFP. 

Pero este proyecto me dio la oportunidad de encontrar un momento para detenerme, pensar, concentrarme y encontrar otro punto de vista. Todos necesitamos eso de vez en cuando. Nos ayuda a dar sentido a la  historia que se despliega a nuestro alrededor.

Johannesburgo, el 10 de mayo de 2020. Los caminos de entrada de Parkhurst están llenos de hojas que los jardineros ya no pueden recoger... (AFP / Marco Longari)

Este blog fue escrito y redactado con  Michaela Cancela-Kieffer en París. 

Marco Longari