Una tienda de artículos mundialistas en Curitiba, el 8 de junio de 2014. (AFP / Lluis Gene)

Buscando el Mundial en Curitiba

CURITIBA, Brasil, 10 de junio de 2014 - "Solo llevo 15 banderas vendidas". Carlos, un señor boliviano, ofrece banderas brasileñas a cinco reales cada una. Lleva cinco horas moviendo sus manos con las telas auriverdes en la Feira da Ordem, un mercadillo dominical en el centro histórico de Curitiba.

A menos de una semana del inicio de la Copa del Mundo de Brasil-2014, el ambiente futbolístico es casi inexistente en esta ciudad del sur de Brasil, capital del Paraná y una de las doce sedes del Mundial.

Lluis Gené, colega fotógrafo de la AFP y compañero de fatigas en muchas coberturas de la selección española, y yo decidimos auscultar el ambiente copero que existía en la ciudad. Pero cuando vemos a Carlos, el vendedor boliviano de banderas, nos hace sospechar que la atmósfera del Mundial que encontraríamos será mínima.

"Soy de Cochabamba", dice Carlos mientras agita sus banderas brasileñas. "Pero llevo cuarenta años en Brasil", agrega con su acento carioca. Al menos así lo constata Edson Militao, a quien conozco desde hace años y que nos conduce a varios sitios para que le tomemos el pulso mundialista a la ciudad.

Ya hemos recorrido varias calles por el centro en busca de ambiente, sin resultados muy alentadores, hasta que decidimos acudir a un lugar más concurrido, como el mercado de la Feira da Ordem. Sin éxito.

Cerca del estadio que albergará los partidos del Mundial en Curitiba, el Arena da Baixada, no tenemos mejor suerte. Apenas un par de decenas de curiosos se arremolinan para ver cómo van los últimos detalles de la puesta a punto del lugar.

Una pareja se toma una "selfie" frente al estadio de Curitiba, el Arena da Baixada, el 8 de junio de 2014. (AFP / Lluis Gene)

"A Curitiba la ha salvado un poco que España juega su tercer partido aquí y que ha instalado su campo base en la ciudad", me explica mi amigo Edson, un columnista deportivo de 'La Gazeta do Povo', el diario de Curitiba.

El hecho de que España haya elegido Curitiba como su centro de operaciones, ha hecho que el Museo Paranaense programara una exposición llamada "El Paraná español", con todo el pasado colonial de la península e información sobre los emigrantes españoles que se instalaron aquí.

Como un guiño al Mundial, en medio de la exposición aparece un maniquí ataviado con la camiseta de España y una boina parecida a la que lleva Manolo el del Bombo, el aficionado de la Roja más conocido en el mundo.

"Ésta es una ciudad que sobre todo recibió inmigrantes polacos, alemanes e italianos", me informa Edson Militao, que trata de ayudarnos en vano a encontrar un poco de ambiente relativo al Mundial. "Es la ciudad brasileña con la mayor colonia polaca", añade.

Después de pasar varias horas tratando de encontrar algún guiño en Curitiba que se vincule al Mundial, desistimos y llegamos a la conclusión de que la capital paranaense aún está lejos, a pesar de la cercanía del partido inaugural, de vivir una atmósfera mundialista.

La ciudad tampoco está para muchas celebraciones estos días. Si bien el centro de Curitiba no se ha visto afectado, 80 ciudades del estado de Paraná están en situación de emergencia debido a las últimas lluvias, que causaron nueve muertes y seis personas desaparecidas.

Tal vez es esta tragedia la que se ha robado el ánimo festivo. Ojalá pronto el agua nos devuelva el fútbol.

Vista aérea de Curitiba y de su estadio mundialista, el Arena da Baixada, el 27 de abril de 2014. (AFP / Orlando Kissner)

* Pablo San Román es editor jefe del desk español de Deportes en París, actualmente enviado a Curitiba.