Una bola de fuego
“Sentí una intensa ola de calor, me volví y vi una bola de fuego viniendo hacia mí. No sabía qué era. Sólo la seguí con la mirada alejándose sin parar. Luego escuché los gritos y supe lo que pasaba. En diez segundos había terminado”.
Así fue como Ronaldo Schemidt capturó la imagen que le valió el premio Mejor Foto del Año del prestigioso certamen World Press Photo (WPP).
Ronaldo vive en ciudad de México, pero volvió a su natal Venezuela para cubrir las protestas que convulsionaron al país el año pasado, con miles de manifestantes que se volcaron a las calles durante semanas, exigiendo la renuncia del presidente Nicolás Maduro.
Junto al resto del equipo multimedia de AFP, estuvo semanas trabajando sin descanso, cubriendo los enfrentamientos, con frecuencia mortales, entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Estar en el lugar y en el momento preciso es la condición necesaria para tomar una fotografía como ésta.
El 3 de mayo Ronaldo y su colega Juan Barreto estaban en la calle cubriendo -como de costumbre- las protestas, cuando se toparon con un grupo que intentaba destruir una motocicleta policial e inesperadamente el tanque de combustible explotó.
“Sentí la explosión detrás de mí, sentí el calor, me volví inmediatamente ya disparando mi cámara sin ver lo que estaba sucediendo”, relata Ronaldo.
Las llamas envolvieron a Víctor Salazar, de 28 años, quien sobrevivió al accidente con quemaduras de segundo grado.
“En ese momento no pensé que ganaría ningún premio con la foto, estaba realmente conmocionado con lo que estaba viendo porque nunca había visto algo tan violento”, recuerda.
Para el jurado de World Press, la impresionante imagen de Ronaldo simboliza al país “en llamas”.
Hace 18 años Ronaldo dejó su país, allí permanecen su familia y amigos, por lo que el premio por la foto tiene un sabor agridulce para él. Su propia familia padece el hambre, la hiperinflación y la escasez de medicinas y alimentos, que se agudizaron durante los cuatro meses de protestas y enfrentamientos en las calles que dejaron 125 muertos.
“Tengo emociones encontradas”, afirma. “Sé tan bien como ninguno, por lo que está pasando Venezuela”.
“Para mí, la foto representa la situación del país”, dice Ronaldo. “Es una crisis humanitaria. Es un retrato de lo que Venezuela era en ese momento, pero ahora es todavía peor”.
Para cubrir las protestas, Ronaldo, Juan y sus colegas debían estar en el lugar preciso de los hechos, lo que significa que con frecuencia se veían atrapados en los enfrentamientos.
“Fuí golpeado con piedras y gases lacrimógenos”, relata Juan.
Los gases lacrimógenos eran una constante en las coberturas y Ronaldo descubrió que era alérgico a los químicos, como si su trabajo ya no fuera suficientemente difícil.
Los enfrentamientos se hicieron más violentos con el paso del tiempo. “Teníamos gases durante toda la tarde”, “¡Tiren a las rodillas!”, amenazaban oficiales de las fuerzas de seguridad por sus altoparlantes. Por su parte, jóvenes encapuchados los enfrentaban lanzando piedras e insultos, mostrándose cada vez más audaces con el paso de los días.
Como si la situación ya no fuera suficientemente peligrosa, bandas armadas asolaban las calles en motocicletas día y noche. Además, estaban los saqueadores y delincuentes, también al acecho de los costosos equipos de los fotógrafos.
Ronaldo no fue el único que captó al manifestante en llamas.
Su colega Juan tomó una serie de fotos de la misma escena que le valieron un tercer lugar en la categoría Spot News Stories. Sus fotos muestran la historia de cómo el manifestante quedó envuelto en llamas.
Ronaldo y Juan tuvieron una fuerte competencia: 42 fotógrafos de 22 países fueron nominados en ocho categorías. En total, 3.548 fotógrafos de 125 países presentaron 73.044 imágenes a consideración del jurado este año.