Acabada de llegar a Colombia, mi primera misión fue rastrear los pasos de James Rodríguez en Ibagué, la ciudad dónde empezó a jugar fútbol. Preparar un reportaje sobre una persona a la que no vas a ver ni entrevistar es siempre un desafío. Y que yo fuera de una ciudad cerca de Barcelona, el equipo antagónico del Real Madrid –donde juega hoy James-, me obligaba a despojarme de prejuicios", cuenta Roser Toll. "James estuvo poco tiempo en Ibagué, hasta los doce años. Pero es la ciudad con la que más se identifica, donde aún vive su abuela, hoy postrada en la cama de una casa que el nieto le compró en la zona más acomodada de la ciudad".