"Fue la imagen conmovedora de un anciano con mascarilla yaciendo sobre el pavimento en Wuhan lo que nos hizo comprender que, probablemente, esta vez el asunto sería distinto", escribe el director global de Información de la AFP, Phil Chetwynd.
"Era el 30 de enero y los periodistas de AFP habían estado cubriendo escenas distópicas en la megalópolis china. Ahora las cosas parecían quedar fuera de control, más de lo que hubiéramos imaginado".