Es como vivir en un barrio privado, repiten una y otra vez algunos de los casi 700 presos alojados en la cárcel Punta de Rieles de Montevideo. Se trata de una “cárcel abierta”, en la que los presos van y vienen libremente durante el día. Pueden trabajar, crear emprendimientos laborales propios y emplear a sus compañeros.
Para periodistas visuales –de foto y video-, el mayor desafío que impone este lugar es lograr imágenes que den cuenta claramente de que estamos dentro de una prisión. Las rejas de las barracas apenas se notan, ya que no hay encierro.