Oborozukiyo: noche de luna velada en Río

La Súper Luna del 10 de agosto de 2014 detrás de la iglesia Nossa Senhora da Penha en Río (AFP/ Yasuyoshi Chiba)

RÍO DE JANEIRO, 3 de septiembre de 2014 - La Luna llena brilla en el cielo. A mi espalda, los coches y los camiones rugen a toda velocidad en la noche. Algunos tocan bocina y hacen cambio de luces cuando pasan cerca de mí. No me extraña: estoy en un puente sobre la autopista tomando fotos con un teleobjetivo apoyado en la baranda. Así que, naturalmente, a muchos conductores les resulto raro... Deben preguntarse que estoy haciendo en un carril de emergencia a las cinco y media de la madrugada. 

Pero si elegí estar aquí ahora en esta situación insólita, fue por la Luna, la Luna gigante, que está ahí justo en frente de mí. Y pronto desaparecerá por el oeste. 

Se trata de una "Súper Luna", lo que ocurre cuando se ubica en el punto más cercano a la Tierra de su órbita ovalada, desde donde se ve mucho más grande y más brillante de lo habitual. El fenómeno se produce varias veces al año. 

La Súper Luna vista desde Arlington, en Virginia (Estados Unidos) el 10 de agosto de 2014 (AFP / Mandel Ngan)

En Río, donde vivo, lo típico es fotografiar la Súper Luna detrás de la célebre estatua de Cristo en el Corcovado. La última vez fue durante el Mundial de fútbol. La estatua estaba iluminada en amarillo y verde, los colores de Brasil, lo que colaboró para unas imágenes muy especiales. 

Pero el 10 de agosto, para fotografiar la tercera Súper Luna desde que estaba en Brasil, ya había tenido suficiente Corcovado. Así que me empeñé en encontrar algo más original. 

Una Súper Luna, en términos absolutos, es sólo una Luna. Si no le ponemos algo delante, se parecerá irrevocablemente a todas las demás lunas del año. Para un fotógrafo, el quid del asunto es: ¿Sobre qué superponer la Súper Luna para que su faceta ‘súper’ salte a los ojos inmediatamente? 

La Súper Luna detrás del Corcovado en Río el 10 de agosto de 2014 (AFP/ Yasuyoshi Chiba)

Lo primero que pensé fue en la iglesia de Nossa Senhora da Penha, encaramada de forma espectacular en lo alto de una colina. Desde cualquier punto de Río se ve. Es también uno de los primeros monumentos que uno ve al entrar a la ciudad desde el aeropuerto. Es el edificio ideal para quedar inmortalizado delante de una Súper Luna. La foto promete una atmósfera misteriosa, en una noche poblada de brujas… 

Aquí es donde termina la poesía y entra en juego la tecnología. Lograr que mi Súper Luna se coloque justo detrás de la iglesia es muy simple: utilizo una aplicación, The Photographer’s Ephemeris, que permite calcular la posición del Sol y de la Luna en un momento determinado. Con esta herramienta, localizo el punto exacto del horizonte por donde la luna se ocultará esa noche. El segundo punto es la iglesia de Penha. Trazo una línea entre estos dos puntos, y su extensión muestra todos los sitios de la ciudad de Río donde disfrutaré de una visión perfecta de la iglesia con la enorme Luna poniente en último plano. 

La Súper Luna al fondo de la playa de Ipanema el 10 de agosto de 2014 (AFP/ Yasuyoshi Chiba)

Mis coordenadas me muestran que el lugar perfecto para sacar mi foto es este puente encima de la autopista, cuyos bordes son lo suficientemente anchos para que yo disponga de un espacio cómodo y sin el riesgo de ser atropellado por un coche a toda velocidad. 

Una vez allí esa noche, me aseguro de que la realidad se corresponde bien con mis cálculos. Para ello, uso otra aplicación, Sun Surveyor, que muestra en vivo, con la función de cámara del iPhone, cuál será la trayectoria exacta de la Luna. Todo va bien, no hay más que esperar. 

(AFP/ Yasuyoshi Chiba)

La Luna estuvo deslumbrante todo ese rato, en el que la fotografié una primera vez sobre la playa de Ipanema. Pero mientras bajaba hasta el campanario de la iglesia, una niebla la tapó para luego desaparecer completamente entre las nubes detrás del edificio... 

Mi idea era fotografiar una Luna muy clara y despejada. Pero, de hecho, me encontré con una Luna brumosa, lechosa, que se acostaba plácidamente en las nubes detrás de una vieja iglesia. 

Y por primera vez en mucho tiempo, aquí en la humedad de Brasil, ello evocó en mí algo típicamente japonés: oboro zukiyo. La "noche de Luna velada". Así se le llama en mi país al momento en que la Luna brilla en la noche aunque esté oculta tras una nube. Es un momento apreciado, que tanto la poesía antigua como las canciones tradicionales gustan celebrar.

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Yasuyoshi Chiba es fotógrafo de AFP en Río de Janeiro
Yasuyoshi Chiba