Tras los pasos de una vieja máquina de escribir cubana

La Habana - Llamó mi atención tan pronto como llegué a la oficina de La Habana: una máquina de escribir Underwood, originaria de otra época, otro siglo, pero mantenida en perfectas condiciones y elegantemente colocada sobre un estante en la entrada.

No me sorprendió. En Cuba, uno se acostumbra rápidamente a cruzarse con reliquias del pasado, ya sean enormes autos estadounidenses de los años 50, motos con sidecar rusas de los 70 u otros signos retro.

Me pregunté qué secretos contenía esta máquina, qué historias podrían haber sido escritas en ella, qué primicias habrían tomado forma gracias a sus teclas redondas y cromadas que parecían tan difíciles de manejar.

Un antiguo auto estadounidense pasa delante de un muro con la leyenda "Continuamos defendiendo la revolución", el 20 de marzo de 2018 en La Habana (AFP / Yamil Lage)

La respuesta llegó mientras preparaba con mis colegas un dossier sobre los 60 años de la Revolución Cubana, que se celebraron el 1 de enero: la Underwood se usó para contar las primeras páginas de este histórico evento.

Para averiguarlo, seguí el rastro de Jean Huteau. Sabía que este gran nombre de la AFP, quien murió en 2003, fue el encargado de abrir en 1960 la oficina de La Habana. (Más tarde, se convertiría en director de información de la agencia).

Pero, ¿quién estaba allí a principios de 1959, cuando los revolucionarios liderados por Fidel Castro derrocaron al dictador Fulgencio Batista, y la historia cambió?

El coronel Fulgencio Batista, quien lideró una dictadura militar en Cuba desde 1952, se dirige a sus partidarios tras un ataque rebelde en La Habana, el 13 de marzo de 1957 (AFP / Stf)

"El presidente Batista ha abandonado el país". Todo comenzó con este flash del 1 de enero de 1959, de cuyo documento original el departamento de archivos de París me envió una copia escaneada, junto a otros despachos de la época. Intrigada, me pregunté quién habría escrito estas líneas.

Foto del "flash" publicado por la AFP el 1 de enero de 1959, que marca el primer día de la Revolución Cubana (AFP / Adalberto Roque)

Gradualmente, llegué a la idea de contar cómo AFP cubrió la Revolución Cubana, este episodio clave del siglo XX. Pensé que era fácil descubrir quién estaba detrás de ese flash mítico y los primeros artículos relacionados con la epopeya castrista: ¡error!

En aquel entonces, los despachos no incluían el nombre de su autor, ni sus iniciales.

Pero su estilo es encantador: además de los "comunicados oficiales", se cita "información de fuentes confiables" y "numerosos rumores de carácter político y militar". También surgen detalles rocambolescos: uno se entera de que un amigo cercano de Batista "fue detenido en el momento en que, disfrazado de religioso, intentaba ingresar a una embajada".

Fidel Castro y otros revolucionarios hacen su entrada a Cienfuegos, el 4 de enero de 1959 (AFP / -)

"Es muy difícil verificar todos los rumores que circulan", escribe el periodista, desconcertado.

Pero logra unirse a la caravana del ejército rebelde, que cruza la isla de Santiago de Cuba (sureste) a La Habana, y el 8 de enero escribe con orgullo: "El corresponsal de la AFP ha ingresado a Matanzas (ciudad al este de La Habana, NDLR) con las tropas de Fidel Castro". Así surge su oportunidad de obtener una entrevista "exclusiva e improvisada" con el líder de la revolución, de quien evoca su "cara barbuda y ahora legendaria".

Foto de un despacho del 8 de enero de 1959, anunciando la entrada de las tropas de Fidel Castro a Matanzas (AFP / Adalberto Roque)

Una búsqueda en Internet me permitió comunicarme con la hija de Jean Huteau, Marianne, quien vive cerca de París y aceptó hablar conmigo por teléfono.

Ernesto "Che" Guevara habla con otro guerrillero cerca de La Habana, en 1959. (AFP / -)

De inmediato me advirtió que su padre nunca le “habló mucho” sobre su trabajo en Cuba. "Fue una generación que no dijo mucho, no se ponía primero". Me contó que él estudiaba medicina cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y, cuando el conflicto terminó, se fue a "comenzar una nueva vida en Buenos Aires".

Allí, trabajó como corresponsal para periódicos franceses, antes de ser contratado en 1958 como freelancer por la oficina de AFP en la capital argentina.

Henri Pigeat, director ejecutivo de AFP de 1979 a 1986, me contó que Huteau le tomó gusto al periodismo al trabajar en Indochina, en 1946-47, para la oficina de relaciones públicas del ejército. "Cuando Cuba se volvió interesante, fue enviado allí como refuerzo. Antes, no había nada que contar”. Antes es, en otras palabras, "antes de Castro".

"Primero fue como un enviado especial" solo, antes de traer a su esposa y sus tres hijos, me explica Marianne, quien era una niña en ese momento. La llegada no fue fácil: el toque de queda seguía en vigor, las escuelas estaban cerradas... y su mascota Toani, un cocker spaniel, huyó durante el ataque a la Bahía de Cochinos (1961). Marianne recuerda "días enteros en la playa", dificultades para encontrar algo para comer y que su hermano mayor, de 15 años, "quería ser parte de la revolución".

Después de un tiempo, la esposa de Huteau "consiguió permiso para ir a Miami" con los niños y él se quedó solo. "Para mi padre era un orgullo estar en la AFP porque no firmaban los artículos, sentía que la información no debía estar asociada a un nombre".

Un exdirector de la oficina de La Habana (1979-1981), Jacques Thomet, me cuenta en un mail información esencial: Huteau le dijo "que había escrito sus papeles en la vieja máquina de escribir". Inmediatamente dejo mi silla para ver de cerca esta antigüedad, con la que Huteau escribió varias primicias...

Un misil Sopka desplegado en la época de la crisis de los misiles entre Estados Unidos y la Unión Soviética es exhibido en el complejo Morro Cabaña, en La Habana, el 11 de octubre de 2012 (AFP / Str)

Pigeat me cuenta una: "Fue uno de los primeros periodistas en reportar los cohetes" rusos en octubre de 1962, cuando estalló la famosa "Crisis de los misiles".

Pero todo esto no me dice si él era quien estaba en La Habana en enero de 1959. Su hija Marianne así lo cree –al igual que varios exdirectores de la oficina-, pero no hay rastro de este viaje en los viejos pasaportes de su padre.

Un libro escrito por el mismo Huteau con Bernard Ullmann, "Una historia de la Agencia France-Presse", explica que en ese momento "un exprofesor de la escuela de periodismo de La Habana, Carlos Tellez, se encarga no solo de la correspondencia de AFP sino también la de Reuters".

Jean Huteau posa delante de la carcasa de un avión estadounidense, camuflado como de la Fuerza Aérea Revolucionaria cubana, usado durante la invasión de la Bahía de Cochinos, en abril de 1961 (D.R.)

Al examinar los despachos de enero de 1959, veo que a veces están firmados  por "un corresponsal de la AFP" y otras por un “enviado especial". Si Tellez era el corresponsal, ¿quién era el misterioso enviado especial?

 Decido buscar en los archivos de la oficina. Muevo los sillones para abrir los armarios olvidados, levanto el polvo mientras miro los papeles viejos... y finalmente caigo en una gran carpeta amarillenta, titulada "Cartas recibidas".

Fidel Castro y Camilo Cienfuegos (izquierda) entran en La Habana el 8 de enero de 1959 (AFP / -)

Es una verdadera mina de oro: Huteau guardó meticulosamente todas las cartas enviadas a la AFP durante sus años en La Habana.

Está mencionada su presencia "en Cuba desde el 1 de septiembre de 1959". Me queda saber quién fue el enviado especial antes de esa fecha.

Casi olvido el propósito de mi gran investigación (en la oficina, mis colegas ahora me llaman "Sherlock Holmes") al dejarme atrapar por estos testimonios que describen otra Cuba, otro periodismo y... otra Agencia France-Presse.

Huteau recibe regularmente un "Control de información" en el que su cobertura se compara escrupulosamente con la de la competencia.

"En general, su servicio es muy bueno, completo y claramente escrito", escribió AFP en marzo de 1961.

"Si su reproducción no siempre es tan satisfactoria como cabría esperar a juzgar por su calidad es, creemos, debido al retraso en la transmisión entre La Habana y Nueva York, que rara vez es inferior a una hora y con frecuencia superior a dos horas".

Huteau resaltó en rojo los elogios, pero también la palabra "retrasos", que debieron causarle muchas frustraciones.

 

Más interesante aún es esta carta del 19 de agosto de 1961: "Estimado señor, como solicitó (...), el departamento de control de información comparó cuidadosamente los originales de sus despachos adjuntos a estas cartas con los textos que nos llegaron".

Huteau no recibía el cable de los despachos AFP, por ende, era imposible para él saber si lo que escribía se modificaba. Pero sospechaba una distorsión de sus palabras cuando eran transmitidas por telegrama desde La Habana. Y tenía razón, como lo muestra el correo enviado por París: "Hemos observado muchas alteraciones que van desde cambios inofensivos y, a veces, puramente formales, hasta la eliminación de ciertos pasajes y mensajes completos o sustituciones por textos tendenciosos".

La máquina de escribir Underwood de la oficina de La Habana y los despachos sobre los inicios de la revolución (AFP / Adalberto Roque)

La palabra "anticastrista" había sido reemplazada por "mercenarios" -terminología de las autoridades cubanas-, el líder "comunista" se había vuelto "de izquierda" y la referencia a "escasez de alimentos" simplemente se había borrado.

Entrevistado por Reporteros sin Fronteras en 2003, Huteau expresó su indignación no solo por esta censura (obviamente a cargo de los empleados de Western Union, responsables de transmitir los telegramas, por orden del gobierno), sino también por AFP: "Estaba furioso. Y estupefacto de ver que mis colegas de París hayan pensado por un segundo que yo había escrito eso".

La tumba de Fidel Castro en Santiago de Cuba (AFP / Yamil Lage)

Ya en enero de 1959, el corresponsal Tellez había notado la creciente desconfianza de las nuevas autoridades hacia los periodistas extranjeros. Fidel Castro había invitado a 350 de todo el mundo para cubrir los juicios a los hombres de Batista. Pero, "decepcionado" por las críticas en el extranjero sobre estos procesamientos expeditivos, el líder revolucionario finalmente prohibió su transmisión en televisión y radio.

En septiembre de 1962, Huteau incluso recibió una carta de las autoridades cubanas que le prohibían temporalmente, así como a todos los corresponsales extranjeros acreditados, que "dejaran el perímetro de la ciudad de La Habana sin autorización previa” de las autoridades. Dos reporteros británicos fueron deportados después de desobedecer.

Un hombre lee el diario en las calles de La Habana dos días después de la muerte de Fidel Castro, el 27 de noviembre de 2016 (AFP / Pedro Pardo)

En 2019, nuestros despachos pueden ser leídos con atención por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, que nos hace saber cuando no está contento, pero van directamente a París vía Internet y, por lo tanto, no se arriesgan a ser censurados antes de su publicación.

Pero hoy, cualquier entrevista a una persona empleada por el Estado, desde un oficial de policía hasta un ministro o un médico, requiere autorización del Centro de Prensa Internacional de la cancillería. Del mismo modo, para salir de la capital es mejor notificar a las autoridades.

Cubanos esperan el pasaje de la urna con los restos de Fidel Castro rumbo al cementerio en Santiago de Cuba, el 4 de diciembre de 2016 (AFP / Ronaldo Schemidt)

Cuando estoy a punto de completar mi despacho contando cómo AFP cubrió el advenimiento de la Revolución Cubana, recibo in extremis información de otro exmiembro de la agencia: Yves Gacon, exdirector para América Latina.

"Después de la victoria de Castro, un periodista de AFP, Jean Allary, jefe del servicio político y diplomático, efectuará reportajes en Cuba durante la primera mitad de 1959. Podemos fechar sus informes porque Allary murió en un accidente aéreo entre Bogotá y Lima en junio de 1959", me escribe.

Fidel Castro durante un discurso en la Universidad de La Habana, en septiembre de 2010 (AFP / Adalberto Roque)

¡La pieza que faltaba! Es muy probablemente Allary quien describió los primeros pasos de la revolución, antes de ser reemplazado unos meses después por Huteau.

Guardé la gran carpeta amarillenta en los archivos de la oficina, esperando que en 60 años, la hermosa Underwood todavía esté ahí.

Katell Abiven