La alegría de Yuri Cortez
Estadio Luzhniki, Moscú - “Compartí completamente su alegría de clasificarse”, recuerda Yuri Cortez, fotógrafo de la AFP, sobre el momento en el que quedó literalmente sepultado por los jugadores de la selección de fútbol de Croacia, cuando celebraban el gol que los clasificó por primera vez en la historia de su pequeño país a la final de un Mundial.
A sus 53 años, Yuri tiene una vasta experiencia en situaciones extremas, peligrosas y complicadas.
"Por supuesto, era diferente, nunca me sentí en peligro, aunque tengo algunos moretones. Creo que también es por eso que esa sonrisa siempre estuvo allí. Esa es la diferencia entre una situación de guerra y lo que sucedió durante el partido".
"Mi plan de viaje era regresar de Rusia el 4 de julio, porque es normal, cuando pasa la primera ronda y se comienzan a eliminar selecciones, entonces, vamos quedando más fotógrafos de lo que se necesitan, porque van disminuyendo los equipos, entonces ya no necesitas tantos fotógrafos como al principio".
"Sucede que el Mundial ha sido totalmente diferente de las otras Copas del Mundo que ha habido. Los favoritos empezaron a irse en la primera ronda. Se va Alemania, se va Portugal, se va España. Entonces los fotógrafos que deben de abandonar la cobertura son los que están cubriendo estos equipos. México sobrevive a la primera fase, y eso hace que se extienda mi estancia en Rusia. Luego se fija como segunda fecha de salida el 12 de julio, un día después del partido de la segunda semifinal. Intentamos que me quedara en Rusia más tiempo, pero ya no fue posible".
"Tenemos un coordinador a lo largo de la cobertura de la Copa del Mundo que asigna la agenda diaria, sobre los entrenamientos, los partidos y todo eso. Y luego tenemos un coordinador de grupo de fotógrafos en cada partido. En el estadio Luzhniki de Moscú, era Mladen Antonov quien distribuía la posición que le tocaba a cada uno. Fue él quien me asignó esa posición, que era la número uno. Antes ya había estado en esa misma posición, entonces fue parte de la confianza que tuvo Mladen para asignarme de nuevo ese lugar.
Desde ese sitio tienes acceso al coach de la selección, que está del lado de la banca. Entonces es la parte donde el entrenador se mueve para dar las indicaciones del partido y tienes la reacción de los jugadores en la banca. Como en este caso, cuando hay un gol y los jugadores suplentes salen a la cancha a festejar con ellos. También hay la oportunidad de tener esas imágenes. Y por eso es que se piensa que tanto ese punto como el del otro extremo son los dos más importantes”.
"De repente eran cuatro o cinco jugadores, y yo estaba en mi asiento, tomando fotos. Ahí comienzan a llegar otros jugadores, incluidos los del banco, y de repente la presión es muy fuerte y me encuentro atrapado en esta avalancha con la barrera y el asiento y ellos por todas partes.
Empecé a presionar el botón mientras caía, y continué, mientras me tumbaba bajo esa montaña de jugadores, tenía sus rostros cerca, su euforia, su emoción, vistos desde abajo”.
"Cuando se dieron cuenta de la situación, los jugadores fueron muy amables conmigo, preguntándome si estaba bien, incluso había uno que en medio de todo este caos recogió mis gafas y me las dio. Y luego llegó el momento en que (el jugador Domagoj) Vida me tomó de la mano, me abrazó y, emocionado, me dio un beso”.
"Fue un buen momento, compartí por completo su alegría de estar clasificados para la final y espero que puedan ganar la copa. Fue un gran momento”.
Yuri Cortez tiene a sus espaldas una larga carrera en la AFP, desde que comenzó con las secuelas del conflicto salvadoreño. "Cuando era adolescente, el conflicto estaba en pleno apogeo. Lo llegué a cubrir como fotógrafo a finales de los 80 y principios de los 90 cuando fue el proceso de paz".
En 1992 se mudó a Perú. "Era un año muy difícil porque Sendero Luminoso estaba en su apogeo", con su procesión de ataques con coche bomba. "Los más fuertes que yo he visto fueron esos que explotaron ese año en las embajadas, en el barrio de Miraflores”.
“Estábamos en un restaurante, y yo alcancé a ver el relámpago, y cuando vi el relámpago, le dije a mi compañero fotógrafo que estaba conmigo: 'bomba!', y me agaché, y en el momento que dije bomba, vino la explosión. Lo primero que me imaginé fueron esas imágenes de Beirut en los años 70, 80”.
Más tarde, Yuri cubrió los conflictos en Afganistán, Irak, la segunda Intifada, terremotos, golpes de Estado, como el de Haití en 2004. “Fue muy violento, muy, muy violento... Una vez nos encerraron, nos trataron de cerrar el camino. Estábamos con otros colegas de otros medios que en ese momento decidieron acompañarnos también, y quisimos ir al palacio a ver cómo estaba la situación, y estaba totalmente desbordada la violencia, nos atacaron con machetes, piedras, nos dispararon también al vehículo. Afortunadamente nadie fue herido”.
“Lo común es la adrenalina que sube a mil, diez mil, y en esto es similar. Pero cuando arriesgas tu vida, es otro tipo de adrenalina”.
“En Luzhniki todo sucedió tan rápido, tan sorprendentemente y emotivo al mismo tiempo, que de hecho no tuve tiempo de pensar en nada más que disparar mi cámara e intentar capturar esas caras desbordadas de felicidad ".
"Sé que los aficionados y muchas personas darían cualquier cosa por estrechar su mano, por tener una foto con ellos".
"Me fui esa noche y tardé aproximadamente una hora y media en llegar al aeropuerto. Allí comencé a recibir llamadas, el teléfono no paraba de sonar. Lo corté para registrarme en el vuelo, y al encenderlo tuve cientos de llamadas perdidas. Alguien llamó 50 veces”.
“Hubo una explosión en las redes sociales. Mi hija, de 19 años, me dice que todos sus amigos están locos también, desbordados en las redes, y que hay muchísima gente que le manda solicitudes de amistad a su Facebook que ella no conoce pero saben que es mi hija.
Pero yo no he sido muy fan de las redes, en realidad. Lo he ido desarrollando y aplicando un poco por demanda de la agencia. Pero yo por ejemplo Facebook casi no uso. Mi grupo de amigos es limitado. Es bastante privado”.
“Supongo que (veré la final) en mi casa, o a lo mejor con algunos amigos en algún restaurante o algún bar. Es otra cosa, sin la presión de estar trabajando. En realidad me hubiera gustado quedarme a la final, y ahora, después de esto, pues con mucha más razón”.
"Me siento cerca del equipo, me siento identificado con ellos". Para ça final "voy a apoyar a Croacia sin duda . Vamos!", dice sonriendo.