Activists from a coalition of more than 40 African women organisations march on May 15, 2014 in the streets of Kenya's capital Nairobi demanding the release of more than 200 schoolgirls abducted from schools in nothern Nigeria by muslim extremist group Boko-haram. The Islamist group, whose name roughly translates from the Hausa language spoken widely in northern Nigeria as "Western education is forbidden" claimed responsibility for kidnapping more than 200 schoolgirls, threatening to sell them like slaves and force them into marriage unless Nigeria freed militants held in the country's jails. Nigeria's President has ruled out today the release of Boko Haram fighters in exchange for the freedom of the schoolgirls kidnapped by the militants a month ago. AFP PHOTO/ TONY KARUMBA

Horror y hashtags en Nigeria

Mujeres nigerianas en Kenia exigen la liberación de las colegialas secuestradas en el norte de Nigeria por el grupo islamista Boko Haram. Nairobi, 15 de mayo de 2014 (AFP / Tony Karumba)

LAGOS, 28 de mayo de 2014 - La AFP en Nigeria ha atraído mucha atención internacional últimamente, luego de que los militantes de Boko Haram nos hicieran llegar los videos en los que afirman que secuestraron a 200 niñas y adolescentes de su escuela el mes pasado.

En el primero, el grupo islamista decía que era responsable del secuestro masivo de las estudiantes en Chibok, en el estado nigeriano de Borno, el 14 de abril. Una semana después, un segundo video mostraba a cerca de 130 de las 223 niñas desaparecidas convertidas al Islam, según los miembros de Boko Haram que aparecen en el clip.

Ya habíamos divulgado numerosos videos de esta clase en el pasado. Siempre son reproducidos por los medios de comunicación y tienen una gran divulgación, tanto en Nigeria como en el exterior. Pero el enorme interés que han generado estos dos últimos ha sido inédito, por razones obvias.

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Muchas veces me han preguntado cómo los conseguimos, pero no podemos decirlo por razones de seguridad.

Todo lo que puedo decir es que manejamos la información que contienen de la misma manera como lo hacemos con cualquier otro material: usamos nuestro criterio editorial y escribimos una historia basándonos en el contenido.

AFP tiene estrictas pautas sobre la difusión de este tipo de información. Por ejemplo, tenemos que estudiar lo que los rehenes afirman en estos videos, considerar la alta probabilidad de que estas declaraciones sean hechas bajo coacción y estimar el valor de propaganda potencial que tienen tales palabras para los secuestradores.

Además, nos cuidamos particularmente de no reportar nada que pueda significar un riesgo para los rehenes y siempre nos esforzamos por trazar una línea entre la necesidad de informar un hecho y el deber de proteger la seguridad y los intereses de las víctimas y sus familiares.

Una mujer muestra una pancarta en apoyo a las niñas y adolescentes secuestradas por Boko Haram, en una manifestación en Lagos el 14 de mayo de 2014, a un mes del rapto masivo (AFP / Pius Utomi Expei)

Es falso que la campaña precediera la cobertura

Estos cuidados no han impedido que algunos nos acusaran de actuar como voceros de Boko Haram. Otros han sugerido incluso que no debíamos haber divulgado el video.

Pero somos una agencia de noticias y un secuestro de esta envergadura tiene interés internacional. Además, su repercusión en internet, tanto en lo local como en el exterior, ha hecho de este hecho un evento noticioso imposible de ignorar.

La campaña #BringBackOurGirls (devuelvan a las niñas), que se originó en Nigeria y desde entonces ha atraído el apoyo de todo el mundo, desde Michelle Obama hasta el papa Francisco, ha sido según algunos la que ha generado la cobertura mediática del secuestro.

Otros incluso han acusado a los medios internacionales de recoger esta historia demasiado tarde, una o dos semanas después de ocurrida.

Tal vez ese sea el caso para ciertos medios internacionales, que en efecto se concentraron más en los desastres del ferry surcoreano y de la aerolínea malasia.

Pero la AFP, así como otras agencias de noticias y medios establecidos en Nigeria, cubre estas historias con regularidad. De hecho, los ataques de Boko Haram y sus consecuencias invaden buena parte de nuestro trabajo diario.

Nosotros fuimos los primeros que reportamos el secuestro de las niñas el mismo día en que ocurrió.

Los secuestros son pan de todos los días en todo el territorio nigeriano. Cuando Boko Haram es responsable de ellos, las niñas raptadas suelen ser usadas como esclavas o forzadas a casarse con sus captores. Luego, cuando quedan embarazadas, son abandonadas.

Sin embargo, ningún secuestro hasta ahora había sido tan ambicioso como el ocurrido en Chibok, lo cual explica el alcance y el interés internacional que generó.

Rescatistas recuperan un cuerpo de un comercio incendiado en el mercado de Terminus, tras un doble atentado con bomba en la ciudad nigeriana de Jos, el 21 de mayo de 2014 (Foto AFP)

Cubrir Nigeria no es tan fácil

En términos de cobertura, cubrir las noticias del noreste de Nigeria es muy duro. A menudo pasan días entre un hecho y su aparición en los medios. En Borno, por ejemplo, de acuerdo a las normas vigentes debido a un estado de emergencia decretado el año pasado, no hay redes celulares. A veces son reactivadas, pero no es que le avisen a uno cuándo estarán disponibles.

Las líneas de telefonía fija son muy escasas y la conectividad a internet es intermitente o inexistente. Así que nuestros reporteros tienen que esperar con paciencia a que aparezca alguna señal para enviarnos una historia.

Además, conseguir que nos respondan un email donde hacemos alguna pregunta puede tomar horas o días. Por eso uno a veces escucha algo sobre un ataque, pero no lo puede confirmar hasta el día siguiente. Y, aun así, la historia se arma en base a fragmentos.

Siempre necesitamos que varias fuentes de distintas organizaciones e intereses nos confirmen un ataque, porque a menudo no hay una reacción oficial del gobierno y la información que obtenemos puede ser contradictoria.

Lo que sucederá en adelante con las niñas de Chibok no se puede anticipar. Puede ser que aparezca otro video o que ocurran más ataques. Entre tanto, hace apenas unos días --el 20 de mayo--, al menos 118 personas murieron en un doble atentado en un populoso mercado de la ciudad de Jos, en el centro del país.

Pero, al menos, el mundo ahora está atento a lo que sucede en Nigeria y eso aumenta las posibilidades de que la ayuda internacional detenga este horrendo baño de sangre.

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Phil Hazlewood es el jefe de la oficina de la AFP en Lagos.