Una hincha brasileña mira su teléfono durante un partido del Mundial 2014 (AFP / Odd Andersen)

¿Mejores amigos o amigos-enemigos?

PARIS, 31 de Marzo, 2015 - He aquí la tortuosa (no, no dije torturante) saga sobre cómo la Agencia France Presse y Twitter se casaron, abriendo el camino para que AFP ofreciera un nuevo servicio ubicado en algún lugar cerca del cruce entre la Avenida Redes Sociales y el Bulevar Agencia de Noticias.

Fue un viaje de tres años, comenzando con las TweetApps de AFP –desde los prototipos de garaje hasta el producto industrial ya terminado. Hubo frenazos, desvíos y callejones sin salida, y habrá más obstáculos aún. Así es el juego. Lo que hace la historia más interesante, en todo caso, es lo que enfrentamos a lo largo del camino: la incertidumbre sobre si habría química entre un medio de noticias y las redes sociales, la frontera tenue entre el periodismo y la “curaduría” ya que un mastodonte de 150 años no se parece a una empresa de tecnología fundada por un par de jóvenes amigos.

Mucha tinta (virtual) ha sido derramada sobre la amenaza que representa Twitter para el “legado” de las agencias de noticias. Se decía que medios como AFP, Reuters y Associated Press  (AP), agencias globales que recaban y venden información a otros medios de comunicación eran especialmente vulnerables a los más de 500 millones de minimensajes que circulan a diario por Twitter sobre cualquier tema imaginable.

Agencia de noticias, versión 1922 (AFP)

La pregunta clave fue planteada en un ensayo académico publicado en 2013 por la Asociación para el Avance de la Inteligencia Artificial: “¿Puede Twitter reemplazar a las agencias en la difusión de las noticias urgentes?” Las agencias-dinosaurio “deben evolucionar o se extinguirán”. Al mismo tiempo, Anthony De Rosa, entonces editor en Reuters a cargo de las redes sociales, advirtió: “Enterrar nuestra cabeza en la arena y actuar como si Twitter no se estuviese convirtiendo en la primera fuente de información de la gente en tiempo real es ridículo”. Facebook, también, parece estar encaminando la inexorable migración del negocio de las noticias desde el papel impreso hacia a Internet.

Twitter, un canal sin filtros

A primera vista, Twitter parece ciertamente un competidor. Históricamente las agencias de noticias han ofrecido a sus clientes dos cosas: velocidad y confiabilidad. Pero hoy en día, para casi todas las informaciones importantes –un ataque suicida, un accidente aéreo, una cumbre internacional- los tweets proveen a veces información crucial con más rapidez. A menos que uno de sus reporteros se encuentre en el lugar, ninguna noticia puede correr más rápido que eso.

Pero es aquí que De Rosa se equivoca: Twitter no es una organización de noticias, sino un canal sin filtros en el cual 250.000 usuarios activos comentan y opinan, argumentan y alegan, reportan y distorsionan. Y reconozcámoslo, mucho de lo que dicen es poco interesante o fiable. Ese es el punto: el mundo todavía necesita profesionales de la información –más o menos apegados a un código de ética- para verificar y explicar lo que ocurre a nuestro alrededor.

Una mujer saca fotos de un incendio forestal en el Parque Nacional de Los Alerces, en Argentina, el 24 de Marzo de 2015. Hoy en día, para casi todas las informaciones importantes, los tweets proveen a veces información crucial con más rapidez. A menos que uno de sus reporteros se encuentre en el lugar, ninguna noticia puede correr más rápido que eso (AFP / Emiliano Lasalvia)

Como organización de noticias que es, la AFP ha aprendido a usar Twitter para monitorear eventos, encontrar fuentes, construir redes, y mostrar nuestra propia producción. Hacemos con los tweets lo que los periodistas han hecho siempre: verificar datos y jerarquizar la información. Pero en 2012, pusimos en marcha un experimento para evaluar cómo podíamos obtener más valor del torrente que fluye a través de Twitter, pasándoselo a nuestros clientes de prensa.

Escarbar en la suciedad para encontrar las petitas de oro

Quien busca oro tiene que escarbar en la suciedad y los desechos antes de encontrar las pepitas. Cuando se trata de Twitter, el enfoque más común es usar fórmulas matemáticas llamadas algoritmos. AFP añadió un formato periodístico: creó y mantiene una base de datos de cuentas de Twitter seleccionadas cuidadosamente por periodistas y agrupadas por temas precisos, un proceso cualitativo que ninguna computadora puede realizar (hasta ahora). Nuestro objetivo era simple: si 9 de cada 10 tweets obtenidos con una búsqueda por palabra clave, como final de la Copa del Mundo o elecciones en Israel, no eran apropiados, queríamos construir un sistema que revirtiese esa proporción.

El resultado fue publicado en 2012, fue la aplicación e-diplomacy hub, que reúne las 5.000 cuentas de Twitter más influyentes que se pueda encontrar para las relaciones internacionales. Figuran allí cuentas de presidentes, diplomáticos, expertos, ONG, activistas, y, separadas de las demás, organizaciones terroristas. Las cuentas fueron buscadas por la red mundial de periodistas de la AFP y organizadas por un equipo de programadores en París. El Hub no era un producto sino “un concepto a prueba” que nos permitiría saber si era técnica, editorial y comercialmente viable.

Dos hechos en particular me convencieron de que estábamos en el camino correcto.

(AFP / Emmanuel Dunand)

Tres meses después del lanzamiento de nuestro e-diplomacy hub, me di cuenta (gracias Google Analytics) que nuestro usuario número 1 era el Departamento de Estado. Suponía que los chicos de políticas públicas le darían un vistazo, pero descubrí que estaban consultando la plataforma todos los días. ¿Por qué? Si hay alguna organización que podía avergonzar nuestra modesta aplicación –realizada por tres periodistas, un programador freelancer y un diseñador gráfico que compartía su tiempo con otro trabajo- era el Departamento de Estado. Pero cuando me reuní con ellos unos meses más tarde, me explicaron que no contaban con nada parecido.

¿Qué hace una agencia de noticias clasificando tweets?

La segunda reacción fue del propio Twitter y nos permitió firmar luego un acuerdo. Las conversaciones entre AFP y la compañía basada en San Francisco acaban de comenzar y en una de las reuniones uno de nuestros cerca de 20 interlocutores saltó de pronto: “Ya comprendí. Ustedes están haciendo justamente lo contrario de lo que hacemos nosotros”. Con ello quería decir que teníamos un enfoque periodístico de calidad para escoger contenidos que Twitter muy difícilmente podría replicar.

Pero si Twitter mostraba entusiasmo con la idea de convertir este concepto en una línea de productos, algunos de mis colegas en la AFP no lo estaban tanto. Plantearon una pregunta válida ¿es esto periodismo? ¿qué hace una agencia de noticias clasificando tweets?

El delantero uruguayo del FC Barcelona Luis Suárez celebra un gol contra el Real Madrid en el Camp Nou, el 22 de Marzo de 2015 (AFP / Josep Lago)

Y así ascendí a predicador de Twitter en la agencia. Extraño, porque hasta que me embarqué en esta aventura yo era un reportero de la vieja escuela que cubría asuntos sobre partículas y cambio climático. Nunca tuitée mucho y aún lo hago muy poco. No es mi pasión. Pero reconozco el poder de la plataforma, y el muy importante papel de Twitter en lo que actualmente llamamos el ecosistema mediático global. Simplemente no podemos ignorarlo, e incluso mis colegas más escépticos han llegado a aceptarlo.

Una vez que el proyecto obtuvo la luz verde del presidente director general de la AFP comenzamos a implementarlo. Técnicamente el objetivo era crear un sistema para filtrar y mostrar tweets que fuese indiferente al tema, ya se tratase de política, música o cualquier otro. Mucho más fácil decirlo que hacerlo. Nunca habría imaginado la distancia entre un prototipo y un producto terminado, o la cantidad de personas de AFP que se vería involucrada –ingenieros, diseñadores, expertos en seguridad, periodistas, agentes comerciales, equipos de atención al cliente. Y no habríamos podido hacerlo solos, mucho del impulso nos lo dio la empresa de ingeniería Zenika, mientras que los diseñadores de páginas web Datagif nos dieron el estilo y la sensibilidad.

AFP TweetFoot (haga clic en la imágen para entrar en la aplicación)

Desde el punto de vista comercial la intención es … bueno, hacer dinero, así es que el deporte parecía evidente. El interés global, más nuestra experiencia con el fútbol europeo era el punto de partida obvio.

Y he aquí cómo funciona: las aplicaciones en cada idioma incluyen cerca de 1.500 cuentas Twitter escogidas meticulosamente. Manteniendo nuestro papel tradicional de proveedores, la AFP ofrece a sus suscriptores aplicaciones “plug & play” diseñadas para teléfonos celulares y sitios web con estadísticas y clasificaciones de los tweets.

Cada tweet es enriquecido con información adicional, como el perfil del tuitero o su pertenencia a algún equipo. Esperamos que muchos hinchas lo consulten mientras miran el partido en la televisión. Los medios que son clientes podrán optar por recibir la información en bruto, de modo que puedan desplegarla sobre sus propias plantillas.

AFP proyecta extender más allá de los deportes este tipo de aplicaciones basadas en Twitter, para incluir temas como la política estadounidense o el cambio climático. Pero lo lejos que lleguemos, dependerá de la demanda que tengan estas plataformas.

Marlowe Hood es un periodista de la AFP basado en París, encargado de la coordinación del proyecto AFP TweetApp.

Un hincha del equipo de Inglaterra durante un partido contra Polonia en 2013 (AFP / Adrian Dennis)