"Cuando llegamos no había un solo coche cerca, solo merodeaba por ahí un hombre con una gorra y un celular que se llevó al oído al vernos. Era un informante del narco, uno de sus espías conocidos como halcones", cuenta la corresponsal de AFP en México, Leticia Pineda.
"Yuri Cortez, fotógrafo de la AFP, y el videasta habían empezado apenas a disparar sus cámaras cuando una camioneta color arena se aproximó veloz hacia nosotros. La ventana de vidrio polarizado del conductor bajó lentamente. Hombres armados nos miraron con disgusto".
"¿Qué hacen aquí?", inquirieron. "Estamos haciendo un reportaje de los cenotafios de la ciudad", respondió rápidamente el videasta atrapando entre nosotros la maldita palabra para siempre. Con amenazas y gritos nos corrieron del lugar. Pálidos subimos al auto, salimos del centro comercial y unas cuadras más adelante tuvimos que parar para que uno de los tres pudiera vomitar".