MARSELLA (Francia) – "Mientras hacía cola en la tienda de bricolaje, unos días antes de partir a Francia, me sentí un completo idiota. ¿Qué diablos hacía ahí, a punto de pagar por unas gafas protectoras, un casco reforzado y una máscara de gas para pintar edificios? Después de todo, yo solo iba a cubrir un campeonato internacional de fútbol, no una guerra, y se suponía que mi próxima misión debía tener más que ver con Gazza que con Gaza..."