La ciudad escondida
Skopje – Cuando quiero un poco de aire fresco en Skopje, capital de Macedonia, subo a las montañas de los alrededores. Antes, desde arriba solo se veía un manto de nubes y contaminación cubriendo la ciudad. Pero ahora tenemos algunos rascacielos en construcción que atraviesan esa capa gruesa, dejando ver que debajo hay una ciudad escondida.
Cuando era un niño, una densa neblina descendía sobre Skopje durante el invierno. A veces era tan espesa que literalmente no veías nada delante de ti. Y si tenías que conducir, necesitabas que alguien vaya delante tuyo para mostrarte el camino.
Skopje se despliega sobre un valle rodeado de montañas por el norte y sur, creando lo que se conoce como una cuenca estructural. Es como estar dentro de un bol, donde queda atrapada la neblina hasta por tres o cuatro días. Lo mismo ocurre con la contaminación.
No recuerdo que la gente conversara o se preocupara por una posible contaminación del aire cuando era joven. Ahora Skopje está entre las 10 ciudades europeas con mayor concentración de finas partículas contaminantes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Desde hace dos o tres años, la contaminación ambiental se ha convertido en uno de los principales temas de conversación y de protestas no políticas, y es difícil encontrar una persona que no tenga una aplicación en su celular para rastrear los niveles de contaminación en las ciudades de Macedonia.
La polución generalmente desciende sobre la ciudad en invierno, cuando los sistemas de calefacción comienzan a funcionar.
Los estudios indican que la mitad de la contaminación ambiental es causada por la calefacción en los hogares, la mayoría de los cuales usa leña, combustible y carbón, en tanto el deficiente aislamiento de las viviendas y el desperdicio de energía se suman al problema.
Después de años de negligencia, el gobierno comenzó a abordar la situación con planes para cambiar la mayoría se sistemas de calefacción por unos a gas y se impusieron restricciones a la circulación de vehículos durante el invierno.
La calidad del aire es tan mala que no solo se ve, sino que se siente. Antes un resfriado se te pasaba en tres o cuatro días, pero ahora curarse toma tres o más semanas durante el invierno.
A veces cuando respiras, sientes que te quema la garganta y por eso las mascarillas son parte habitual del guardarropas de la población. Es casi imposible ver a un ciclista sin mascarilla durante esta temporada.
Mis colegas y yo bromeamos con que ha cambiado la moda en Skopje, por lo menos en invierno. Las mascarillas se han vuelto un accesorio de moda, cuando antes eran las bufandas.
Las guarderías y las escuelas ahora compran sistemas de filtración de aire y los hogares están comenzando a seguir estos pasos. Antes ibas a las afueras de Skopje para respirar aire fresco, ahora ocurre lo contrario y te quedas dentro de casa.
Pero yo todavía voy a las montañas. No solo para respirar un poco de aire fresco, sino para tomar fotografías de los rascacielos que muestran parte de la ciudad escondida bajo la contaminación.