"Cuando les pedí a los periodistas de la AFP en Brasil que me dijeran qué les gustaría preguntarle a Lula en caso de que finalmente nos diera una entrevista, recibí un número insospechado de respuestas", cuenta el jefe de redacción de la oficina de Brasil, Jorge Svartzman.
"Algunos buscaban entender por qué el hombre más admirado y también uno de los más detestados del país se empeñaba en disputar las elecciones de octubre, después de haber sido condenado a más de doce años de cárcel por corrupción".