BERLÍN – "Adquirí este hábito desde marzo de 2010: cada vez que me envían fuera de Berlín a hacer una cobertura, tomo fotos de la vista desde la ventana de mi habitación del hotel. Lo hago siguiendo un protocolo muy específico: objetivo de 50 milímetros, fotos en blanco y negro, encuadre que se ajusta exactamente a lo que se encuentra frente a la ventana sin que se vea el marco…"
"El objetivo inicial era hacer un simple registro de los hechos: estoy aquí, esto es lo que veo desde la ventana. Mis fotos no tienen ninguna pretensión artística. Son simples recordatorios que se acumulan a lo largo de los años de los países y las ciudades por los he pasado."