"La montaña de Sorte, para la mayoría de los venezolanos, es sinónimo de misterio, superstición, espíritus y posesiones", relata Ernesto Tovar, corresponsal de AFP en Caracas. "Pero más allá del imaginario popular que espera ver trances demoníacos y entes 'del otro mundo', la práctica del espiritismo y la santería en este paraje sagrado en Yaracuy, al oeste de Venezuela, es un espectáculo para curiosos y devotos que dista de ser una tenebrosa jornada de ocultismo".