Marek Vojteck, un trabajador agrícola del ruibarbo trabaja a la luz de las velas en la granja de Robert Tomlinson, en Pudsey, cerca de Leeds, en el norte de Inglaterra, el 12 de febrero de 2019 (AFP / Oli Scarff)

Cosechar bajo la luz de las velas

Pudsey,  en Yorkshire  del Oeste  (Inglaterra) -- No sé cómo se me ocurrió la idea, quizá haya sido por mi esposa. En casa ella es la que cuida el jardín, tiene la mano verde. Vivía en Londres cuando trabajaba para otra agencia de noticias, y cuando me uní a AFP nos mudamos al norte, cerca de Manchester. 

No muy lejos, cerca de Leeds, está lo que siempre se ha conocido como el "triángulo del ruibarbo", casi todo el mundo ha oído hablar de él. 

Robert Tomlinson, cuya familia ha cultivado el ruibarbo por cuatro generaciones, en su finca de Pudsey, cerca de Leeds, en el norte de Inglaterra, el 12 de febrero de 2019 (AFP / Oli Scarff)

Personalmente, me gusta mucho esta planta, en la tarta o como compota. Lo disfruté toda mi infancia. Ahora que tenemos un jardín hemos intentado cultivarla, pero sin mucho éxito. Sólo mi padrastro lo hizo. El ruibarbo se cosecha normalmente de abril a junio. Pero la variedad llamada "forzada" se da más temprano en el año. Su nombre se debe a un proceso que consiste en privar a la planta de luz natural para bloquear la fotosíntesis, que transforma el azúcar que contiene este vegetal en clorofila.

Este compuesto espesa la fibra de ruibarbo y la hace más ácida al gusto. Al mantener la planta en la oscuridad, la engañamos haciéndole creer que todavía es invierno. Y sigue siendo más dulce y más tierna.

Marek Vojteck, empleado de la granja de Robert Tomlinson. 12 de febrero de 2019 (AFP / Oli Scarff)

La condición absoluta es que los refugios no permitan el paso de luz natural o artificial. Si dejas una lámpara encendida durante media hora, por ejemplo, se estropea, se inicia la fotosíntesis. Como no se puede trabajar en completa oscuridad porque realmente se necesita un poco de luz, por ejemplo, para regar, se ilumina durante cinco minutos. Aproveché este momento para fotografiar a un agricultor echando un vistazo a sus cosechas. 

Marie Emery, empleada de la granja de Robert Tomlinson, en Pudsey, el 12 de febrero de 2019 (AFP / Oli Scarff)

Era el único lugar donde era fácil trabajar. De lo contrario, es mucho más complicado, como el momento de la cosecha, que se hace a la luz de las velas. Esa luz es demasiado débil para iniciar la fotosíntesis. Para los agricultores es un momento crítico. Su producto,  el  "Ruibarbo Forzado de Yorkshire", se beneficia de la Denominación de Origen Protegida Europea que lo hace único con una especificación de 13 páginas.  Es un producto fino que se envía a Londres, Nueva York y otros lugares.

Marie Emery, empleada en la granja de Robert Tomlinson. (AFP / Oli Scarff)

Por lo tanto, incluso aunque los agricultores sean personas muy amables, no pueden dejar de trabajar mientras dura la sesión de fotos. En términos técnicos, de hecho ha sido muy difícil tomar una imagen clara y precisa de las personas que se mueven rápidamente en un entorno muy oscuro. 

Robert Tomlinson, cuya familia ha cultivado la planta por cuatro generaciones, cosecha ruibarbo forzado con la luz de la velas en Pudsey, cerca de Leeds en el norte de Inglaterra, el 12 de febrero de 2019 (AFP / Oli Scarff)

Traté de usar flash una o dos veces, pero sobre todo me basé en la apertura grande del diafragma, una alta sensibilidad ISO y un largo tiempo de pausa. Luego disparé en ráfagas, tratando de encontrar la foto con el menor movimiento, del granjero o de mi mano... No es mi forma habitual de hacer las cosas. Prefiero esperar al momento adecuado para disparar, pero en este caso realmente no tenía opción. 

Martin Oxley, empleado de la granja de Robert Tomlinson, el 12 de febrero de 2019 (AFP / Oli Scarff)

Los agricultores tienen largas jornadas de trabajo. Comienzan con la cosecha de ruibarbo a las 08:00, hasta el mediodía. Luego viene el embalaje del producto, antes de ocuparse de los campos exteriores. El ruibarbo crece al aire libre durante dos años, antes de ser trasplantado a refugios para su tercer y último año de crecimiento.

Marek Vojteck, un trabajador agrícola del ruibarbo trabaja a la luz de las velas en la granja de Robert Tomlinson, en Pudsey, cerca de Leeds, en el norte de Inglaterra, el 12 de febrero de 2019 (AFP / Oli Scarff)

Esta temporada no ha sido excelente, debido a las variaciones de temperatura excesivamente altas. Las plantas sufrieron en el exterior. Por cierto, me regalaron un ramo, que llevé a casa. No sé si su gusto está a la altura de su reputación porque aún voy a probarlos con mis dos hijos. Y no puedo esperar a ver cómo se ve en un pastel con helado. 

(AFP / Oli Scarff)
Oli Scarff