Estados Unidos lanzó la alerta y México respondió con el endurecimiento del control de su frontera sur. Pero la ola de menores migrantes no acompañados que conmocionó al mundo hace un año no ha cesado. Lo comprobamos hace tres semanas cuando un equipo de texto, foto y video fuimos a investigar cómo estaba la situación en los estados de Tabasco y Chiapas.
Y vimos lo que ya advertían las cifras: que miles de chicos centroamericanos, la mayoría adolescentes, siguen huyendo de la pobreza y de la violencia de las pandillas buscando una mejor vida en Estados Unidos. Sólo que ahora su sueño acaba precozmente en el sur de México, muy cerca de Guatemala. Alrededor de un 80% más de indocumentados son detenidos en esa zona por el llamado Plan Frontera Sur.
Elvin - vamos a llamarlo "Elvin" - fue uno de ellos.