Un minuto de fantasía
JERUSALEN, 25 de enero de 2016 – Tal vez porque tomo demasiadas fotos de entierros o de gente muriendo es que amo hacer cosas completamente diferentes. Tal vez también porque en mi infancia me gustaba observar a los pájaros. No sé. Lo que es seguro es que hago esto por placer.
Comencé a fotografiar estorninos hace unos años. Conocía la existencia del fenómeno desde hacía bastante tiempo, pero hasta entonces había tenido también muchas cosas que hacer. Como podrán imaginar, los fotógrafos y otros periodistas en Israel con frecuencia están bastante ocupados.
Los estorninos son pájaros migratorios que se encuentran en todos los rincones de Israel. Antes de posarse por la noche, danzan en el cielo y cuando la bandada es voluminosa, el ballet se convierte realmente en un espectáculo.
En el sur de Israel, cerca de la localidad de Rahat, hay un basural llamado Dudaim que recibe casi todos los desechos de Israel. Es un depósito realmente gigantesco. Decenas de toneladas de basura terminan allí todos los días, las bulldozers van y vienen sin cesar para amontonarla y el olor es pestilente.
Pero es también un excelente lugar para encontrar pájaros de todo tipo. Los estorninos pasan allí sus jornadas, buscando alimento entre la basura.
Cuando puedo –es decir cuando estoy cerca para cubrir otra historia y tengo un poco de tiempo- voy a dar una vuelta por el basural, un poco antes de la caída del sol. La idea es estar allí cuando los estorninos deciden irse a dormir y descubrir donde pasarán la noche.
El refugio de los estorninos
Cuando comienzan a volar, salto a mi auto y trato de seguir la nube. Para dormir, los estorninos necesitan árboles. No es fácil seguirlos. Las rutas no están en muy buen estado en invierno con toda esta lluvia y con frecuencia es necesario salir de la ruta. Descubrir el refugio de los estorninos me lleva un tiempo, pero luego de varios intentos lo logro.
Durante los días siguientes vuelvo a ese lugar, al borde de un oasis, una hora antes del crepúsculo y espero. Como los pájaros no duermen todos los días en el mismo lugar, comienzo a impacientarme. Pero un buen día, hacia las cinco y media de la tarde, cuando me disponía a levantar campamento pensando que los estorninos tampoco vendrían a la cita, llegaron. Es una nube, una enorme nube. Desgraciadamente, ya no hay luz suficiente y no puedo tomar una sola foto!
Preparación y suerte
Sin embargo no me desaliento. Al día siguiente, me instalo en el mismo lugar y esta vez, por suerte los pájaros llegan media hora más temprano. Como ya estoy posicionado frente al sol poniente puedo tomar buenas imágenes.
Para fotografiar esas nubes de pájaros, la preparación no es suficiente: también se debe contar con la suerte. Es necesario saber exactamente dónde podría producirse el fenómeno, pero nunca se puede estar seguro cuándo se producirá, ni si realmente llegará a producirse. Y la danza en el cielo nunca dura mucho tiempo. El ballet más largo que haya podido presenciar duró diez minutos. Y este año duró solamente un minuto. Un minuto para tomar fotos…
Por el momento, este año pude fotografiar a los estorninos solamente dos veces. Los colores son completamente diferentes: en una de las series el rojo predomina, mientras que en la otra, tomada cerca de una hora antes, es evidentemente mucho más clara. El año pasado fue totalmente otra cosa, colores oscuros, casi violetas.
Todavía no es la estación alta para los estorninos. Comenzará en febrero, cuando lleguen todos los pájaros de Europa del este. Entonces será mucho más fácil observarlos. Pero no sé si tendré la oportunidad.
El lugar no está muy alejado, me lleva una hora y media de automóvil llegar desde Jerusalén, pero en ese momento tendré mucho trabajo: Cisjordania, los colonos, los ataques con cuchillos en las calles… No puedo simplemente partir al desierto cuando quiera a fotografiar pájaros. Debo calcular mis movimientos, asegurarme siempre de que si pasa algo en mi ausencia, otro fotógrafo podrá estar en el lugar para cubrir el hecho.
Por supuesto, amo todos los aspectos de mi trabajo, cubrir todo tipo de historias, pero cuando estoy en Cisjordania siempre hay tensión y riesgos, debo estar siempre alerta, mientras que cuando voy al sur a fotografiar pájaros, no hay riesgos, ni tensión. No necesito mirar sobre mi hombro. Estoy al aire libre, a veces voy con amigos. Poco importa que los pájaros terminen por no venir, yo disfruto del paisaje, me distiendo.
Menahem Kahana es un fotógrafo de la AFP en Jerusalén. Este artículo fue escrito con Yana Dlugy en París. Lea la versión original en inglés.