"El Rímac, el barrio donde crecí, alguna vez fue la zona de descanso y recreo de los nobles de la colonia española en Lima, sede del virreinato. Se ubica en las márgenes del río que lleva el mismo nombre, en el lado centro. Antiguamente se podían pescar camarones allí. También fue sede de un hospital de leprosos. En sus calles aún destacan antiguos y colosales monumentos, algunos construidos por un virrey para demostrar su amor a una actriz y plebeya peruana. Con el paso del tiempo muchos se han deteriorado o han sido objeto de vandalismo. Ya no está tan parecido a como lo recuerdo", cuenta Roberto Cortijo desde Perú.