"Como periodista de video, escucho y grabo rutinariamente historias de violencia y tragedia. Me he acostumbrado a presenciar el sufrimiento humano. Pero de vez en cuando una historia rompe esa armadura y me toca como si fuera testigo del dolor por primera vez", dice Noorullah Shirzada, periodista basado en Afganistán, quien cuenta aquí dos de esas historias demasiado dificiles de soportar.