Pauline McAreavy en su casa en Williamsburg, estado Iowa, el 23 de enero de 2016 (AFP / Jim Watson)

El corazón entre Sanders y Trump

WILLIAMSBURG (Estados Unidos), 28 de enero de 2016 – "Si es político, cuelgue inmediatamente, por favor".

Así responde el teléfono por estos días Pauline McAreavy, una pequeña y despierta mujer de Iowa, inclusive a un periodista francés que, tras cuatro años de una entrevista memorable, quiere saber si Pauline va a cambiar nuevamente de bando en las elecciones presidenciales.

El teléfono de Pauline, de 82 años, suena incesantemente en tiempos electorales. Cuatro veces durante la cena en una noche reciente. Tiene la desgracia de estar en las bases de datos de demócratas y republicanos, toda vez que en el pasado ha apoyado candidatos de uno u otro partido.

Es por esta razón que un equipo de la AFP ha venido a visitar a Pauline, luego de que se la tropezara por casualidad por primera vez en octubre de 2012, cuando barría la puerta de su casa, en una calle de Williamsburg, una pequeña población rodeada de campos de 3.175 habitantes.

Un afiche gigante de Donald Trump en la casa de uno de sus simpatizantes en el oeste de Des Moines, estado Iowa, el 25 de enero de 2016 (AFP / Jim Watson)

Faltaban diez días para la reelección de Barack Obama. En ese momento, ella habló de su decepción con el presidente demócrata, luego de haber llegado a albergar a voluntarios del entonces candidato en 2008.

"Me dejé engañar, y me arrepiento", dijo entonces. En definitiva, votó por el republicano Mitt Romney.

Cuatro años más tarde, centenares de periodistas inundan Iowa para cubrir los "caucus" (asambleas), el pistoletazo de partida de las primarias de 2016. La misión es entender por qué los candidatos "antisistema" son las estrellas de esta elección: el multimillonario Donald Trump en el campo republicano, y el senador de Vermont Bernie Sanders, que pisa los talones de Hillary Clinton en los sondeos demócratas.

Pauline nos lo aclara.

"Cualquiera menos Hillary"

La cita fue pautada para la mañana del sábado. Ella nos recibe en su impecable casa de una sola planta, una típica vivienda estadounidense. Afuera, sobre el césped congelado, una bandera colocada por uno de sus cuatro hijos ondea en lo alto de un asta. Los vecinos observan discretamente. Muffins y café nos esperan en la cocina. Pauline puede haber perdido a su marido recientemente, pero su sarcasmo está intacto.

"Lo único positivo de su muerte es que ya no puede votar", bromea, con nostalgia de las épicas disputas políticas que ambos tenían.

Pauline no calza en los moldes de los analistas políticos. Ella era demócrata, como sus padres, hasta el affaire Mónica Lewinsky durante el gobierno de Bill Clinton. Luego alzó la bandera republicana: adora a la familia Bush. Barack Obama y su mensaje de esperanza la hizo regresar al bando de los demócratas, hasta que rompió con el presidente en 2012. Este año, aún no sabe si irá a los caucus demócratas o republicanos, La ley le permite elegir.

"Probablemente no debería decir esto en cámara, pero me gusta lo que dice Trump. Pero no sé si los estadounidenses votarán por él, por eso dudo", dice. Luego suelta: "Si voy a los demócratas, apoyaré a Sanders". "Cualquiera menos Hillary", acota secamente.

"Ya tuve suficiente de los políticos", explica. Sanders y Trump "dicen la verdad o lo que piensan que es la verdad", afirma.

Ella supone que Donald Trump, por ser multimillonario, sabrá impulsar la economía. Pero lo importante de un candidato es la integridad: "Lo que me pregunto primero es si la persona es honesta. Y pienso que Trump es honesto. Inusual, pero honesto. Sanders también", señala.

El candidato a las primarias demócratas Bernie Sanders durante un mitin en Cedar Falls, en Iowa, el 24 de enero de 2016 (AFP / Jim Watson)

Antisistema

Hay que tener cuidado de no generalizar a partir de un caso particular, así sea el de la cautivadora Pauline McAreavy. Pero las anécdotas se acumulan. El rechazo a las clases dirigentes y las élites políticas es sin lugar a dudas el tema dominante de este año electoral.

Un voluntario de la campaña de Sanders cuenta que de una quincena de llamadas telefónicas, de tres a cuatro electores muestran su indecisión entre Trump y Sanders. Un estudiante republicano que se encontraba en un evento con Bernie Sanders el domingo en Cedar Falls mencionó espontáneamente a ambos precandidatos, aún cuando dijo preferir a Trump. Un análisis del New York Times mostró que una parte de los seguidores de Donald Trump son demócratas en estados conservadores.

Cuando se interroga a los electores, se descubre que con frecuencia confunden las posturas de los candidatos o que han olvidado qué los llevó a votar por una persona hace cuatro años. Se muestran menos polarizados que los políticos que les piden sus votos.

En Waterloo, en Iowa, un cartel invita a los electores a votar "moralmente" contra el aborto y el matrimonio gay, el 25 de enero de 2016 (AFP / Jim Watson)

En cuanto a sus valores, Pauline es tradicional pero no inflexible. "Muy católica", en contra del aborto y el matrimonio homosexual, pero estima que abortar debe ser una decisión personal, salvo por los abortos en una etapa avanzada, y piensa que las parejas homosexuales deben disfrutar de los mismos derechos que las parejas heterosexuales. Ella sigue la cadena Fox News, la preferida de los republicanos, pero también la MSNBC, el equivalente entre los progresistas. No le gusta la CNN.

"Yo creo que ahora soy republicana. No lo sé. En todo caso, todos creen que soy republicana", agrega.

Ivan Couronne es un periodista de la AFP en Washington.

Pauline McAreavy en su casa en Williamsburg, en Iowa, el 23 de enero de 2016 (AFP / Jim Watson)