Fact-checking: pagar más caro la mentira

Un grafiti en Buenos Aires en octubre de 2014 (AFP / Peter Cunliffe-Jones)

LONDRES, 25 de noviembre de 2014 - En la ruta que lleva del aeropuerto a Buenos Aires, todavía lejos de las principales avenidas del centro de la ciudad, los grafitis salpican prácticamente todos los muros. Estos grafitis cuestionan por un lado la sinceridad de los políticos y por otro la capacidad de los medios tradicionales para desenmascarar sus mentiras.

Estoy en la capital argentina para participar en LatAm Chequea, el primer encuentro organizado por periodistas latinoamericanos para hablar de una de las disciplinas más en boga actualmente en la profesión: el fact-checking (chequeo de datos).

Viendo todos estos grafitis reivindicativos en los muros de la ciudad y sobre las persianas metálicas de los comercios, puedo entender fácilmente por qué el fact-checking ha tenido tan buena acogida en Argentina y en el resto de la región. Es una forma de erradicar del debate público las afirmaciones falsas y devolver la confianza a la opinión pública respecto de los políticos y los medios de comunicación.

Esta forma de periodismo relativamente nueva consiste no sólo en informar honestamente lo que dicen las personas, sino también en investigar a fondo para verificar si aquello que dicen es cierto, si exageran o si mienten. El fact-checking existe ya desde hace un buen tiempo. Tomó vuelo en Estados Unidos en 2004 con la creación del sitio Factcheck.org y a continuación, unos años más tarde, la de Politifact.com.

Grafitis en un barrio de Kimera, Nairobi, en noviembre de 2014 (AFP / Simon Maina)

En 2009, la tendencia ganó terreno en América Latina. Un pequeño grupo de amigos, algunos estudiantes de periodismo, fundó el primer sitio web de fact-checking de la región: Chequeado.com.

"Nuestro objetivo era mejorar el debate público en nuestro país haciendo que se pague más caro la mentira", me explica uno de los fundadores, Julio Aranovich, en una cena durante los días de la conferencia. "No pretendemos que dejen de mentir, pero se lo hacemos más difícil. Nosotros hacemos que aumente al mismo tiempo el precio de la mentira y el valor de la verdad".

¿Qué tipo de afirmaciones investiga Chequeado.com? ¿Las mismas que son escudriñadas por el proyecto Africa Check, lanzado en 2012 por la Fundación AFP y la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo? Le hago la pregunta a Olivia Sohr, que participa en el proyecto Chequeado desde su lanzamiento hace cinco años.

Motín en la cárcel de Santiago del Estero, Argentina, en noviembre de 2007 (AFP / Diario El Liberal / José Gómez)

Uno de los temas más comunes es el del delito, me explica. En mayo pasado, por ejemplo, el líder de la mayoría del Senado argentino, Miguel Ángel Pichetto, afirmó durante un debate que los extranjeros representan una quinta parte de la población carcelaria del país. Por supuesto, establecer una relación entre extranjeros y delincuencia es una vieja receta para encender los ánimos y siempre es importante comprobar la veracidad de este tipo de  afirmación. Chequeado investigó y concluyó que, si se toma en cuenta sólo el sistema penitenciario federal, donde los extranjeros están sobre-representados, Pichetto no estaba tan lejos de lo cierto. En cambio, si se considera la totalidad de la población penal del país (repartida entre cárceles federales y provinciales), la proporción de extranjeros alcanza sólo el 6%. Por lo tanto, Chequeado atribuyó a la afirmación de Pichetto el rango de "engañosa".

Las afirmaciones sobre la criminalidad también provocan reiterados debates en África, le comenté. Nuestro proyecto Africa Check lo demuestra. Y otro punto en común entre América Latina y África en términos de los objetivos más frecuentes del fact-checking son las dudosas declaraciones de los jefes de grandes corporaciones.

Un avión de Aerolíneas Argentinas aterriza en Sao Paulo en noviembre de 2013 (AFP / Nelson Almeida)

En agosto pasado, por ejemplo, Mariano Recalde, presidente de la línea aérea estatal Aerolíneas Argentinas, durante mucho tiempo blanco de acusaciones por la falta de rigor en su gestión financiera, aseguró que su empresa había publicado todos sus documentos contables en su sitio web.

Chequeado verificó y concluyó que, efectivamente, los documentos estaban allí, pero eran difíciles de encontrar y que no habían sido objeto de auditorías financiera adecuadas. El sitio atribuyó entonces a las afirmaciones de Recalde la nota "exagerado".

Y por supuesto, están todas las declaraciones de políticos relacionadas con sus cuentas. Es el tema preferido de los fact-checkers (verificadores) de todo el mundo.

Hace algunos años, me cuenta Olivia, al hablar del programa gubernamental de vivienda social, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo: "Somos el gobierno que, en la historia de Argentina, ha construido más viviendas". ¿En serio? Pues no. Tras haber consultado  las cifras oficiales provenientes del propio gobierno, Chequeado atribuyó a la declaración de Kirchner la nota "falso".

Coincidencia: del otro lado del Atlántico, y casi al mismo tiempo, Africa Check descubrió también que una afirmación del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, sobre su programa de vivienda social era falsa.

El centro de Johannesburgo, en junio de 2013 (AFP / Odd Andersen)

Desafortunadamente, continúa Olivia, el gobierno argentino reaccionó con vehemencia contra Chequeado, cuyo trabajo se volvió, de golpe, mucho más difícil. "La publicación de esta información y sus repercusiones en los medios nacionales hicieron que las autoridades restringieran el acceso a la información que proporcionan, lo que hace las verificaciones más difíciles".

Pero tanto en Argentina como en Sudáfrica el fact-checking continúa y se extiende a los países vecinos. En la conferencia de Buenos Aires pudimos conocer los departamentos de fact-checking de los principales medios de comunicación tradicionales, como O Globo de Brasil y El Mercurio de Chile, pero también establecimos contacto con los sitios web independientes como el colombiano La Silla Vacía y el recién creado uruguayo UyCheck.com. En África, Africa Check sigue siendo por el momento el único sitio web independiente del continente, pero estamos lejos de ser los únicos que atacamos las falsas declaraciones.

Pocos días después de regresar de Argentina, tomé el avión otra vez para ir a Nairobi, donde se celebró la primera ceremonia de entrega de los premios de fact-checking en África (African Fact-Checking Awards), lanzados este año por la Fundación AFP y Africa Check para estimular el desarrollo de nuestra disciplina en los medios del continente.

Los ghaneses Edem Srem y Gifty Andoh Appiah se llevaron el trofeo por un impresionante video en el que demuestran que, contrariamente a lo que afirma, el gobierno de su país no ha erradicado la minería de oro aluvial, una práctica peligrosa para el medio ambiente. Los dos laureados surgieron de un grupo de candidatos procedentes de diez países, prueba de la vitalidad del fact-checking en África.

Una mina de oro en Dunkwa-on-Offin, en el centro de Ghana, en junio de 2013 (AFP / Chris Stein)

Un estudio universitario presentado en la conferencia de Buenos Aires señala que en Estados Unidos el público considera más confiables los medios tradicionales que implementaron servicios de fact-checking que el resto. Hablando de fact-checking con periodistas argentinos, estadounidenses o incluso italianos, llegamos a la conclusión de que, sobre todo, las buenas prácticas de nuestra disciplina son grosso modo las mismas.

En Buenos Aires, quedé seducido por la belleza de los jacarandás a lo largo de las calles. Los árboles están en flor y los coloridos pétalos lilas cubren las ramas y caen suavemente en las aceras. Me recordaron otros jacarandás que pude disfrutar a miles de kilómetros de ahí, en las calles de Johannesburgo.

Los jacarandás se encuentran por toda África hoy en día. Hace poco supe que este árbol fue importado desde Argentina a Sudáfrica en la década de 1880, antes de extenderse a los países vecinos. Junto con el entusiasmo por desmontar las mentiras en los medios de comunicación, el delicado florecimiento de este hermoso árbol es también es otro punto común entre los dos continentes.

Peter Cunliffe-Jones es director adjunto de AFP Foundation y director de Africa Check, primer sitio independiente de fact-checking en África.

Jacarandás en flor en Johannesburgo, en noviembre de 2013 (AFP / Alexander Joe)