"A las cuatro de la madrugada en una zona caliente del ébola, si te sientes afiebrado, un poco decaído o te pica el sarpullido que asoma en tu tobillo, la paranoia puede apoderarse de ti. ¿Acaso fue ese chico que me tocó el brazo? ¿Acaso ese hombre mayor que parecía enfermo y escupía para todos lados? ¿Me habré tocado la cara antes de lavarme las manos después de aquella entrevista? ¿Esto que siento es un comienzo de dolor de cabeza? ¿Estoy caliente?"
El reportero de AFP en Dakar Frankie Taggart cuenta su experiencia en Kailahun, en el este de Sierra Leona, una de las zonas más afectada por una epidemia que ha matado a más de 2.000 personas en todo África occidental.