"Lo primero que hago cuando regreso de una cobertura del frente, en Siria, es ir a casa de mi hermana a jugar con mi sobrino Jan que tiene un año. Después de haber visto tanto horror, me reconforta pasar un rato con él", escribe el fotógrafo basado en Siria Delil Souleiman.
"Sin embargo, a veces, cuando le veo reírse, bien alimentado, seguro y en buena salud, me vienen a la mente las imágenes de los otros niños, de niños descalzos cubiertos de polvo, con la mirada triste, que se protegen la cara con las manos ante una tempestad de arena. Esto me parte el corazón."