El periodista estadounidense James Foley, muy apreciado entre los reporteros con los que compartió coberturas en los puntos más peligrosos de Medio Oriente, luchó por contarle al mundo las historias de civiles atrapados en el caos de la guerra. El reportero freelance de 40 años fue secuestrado en el norte de Siria en noviembre de 2012 y mantenido como rehén durante casi dos años por yihadistas radicales, que finalmente lo ejecutaron. Pero ya había dejado una huella en la vida de muchos.
Dave Clark, jefe de la mesa en inglés de AFP para América del Norte en Washington y quien trabajó en muchos conflictos armados, reunió testimonios sobre un periodista valiente y con férreos valores humanos.