"Todo empezó como un cuento de Navidad desacompasado, el jueves 7 de enero, al día siguiente de una fiesta de los Reyes Magos deslucida por la pandemia, que impidió las tradicionales cabalgatas. Mi primer reflejo, al ver los copos inaugurales, fue acercarme al Retiro, el gran parque del centro de Madrid. La visión de la nieve fresca y esponjosa en las hojas de los magnolios era un espectáculo que no podía perderme", escribe Alvaro Villalobos desde Madrid.