Tras el oro… otra vez
RIO DE JANEIRO -- Me podrían llamar el eterno olímpico, por estar intentando siempre mejorar mi marca anterior. Solo que para mí no se trata de perseguir a otros atletas, sino de capturarlos a todos. En película.
Mi trabajo consiste en encontrar formas novedosas de capturar imágenes para la AFP en grandes eventos deportivos, como los Juegos Olímpicos. A lo largo de los aproximadamente 15 años que llevo en esto, la técnica ha pasado de consistir en poner una cámara dentro de la portería de un campo de fútbol, a planificar una red de cámaras robóticas para capturar la acción desde lugares en los que no se ha posicionado jamás otro fotógrafo.
Y tenemos algunas sorpresas para los Juegos de Rio.
Las imágenes que podemos capturar hoy en grandes eventos como los Juegos Olímpicos son sencillamente sorprendentes comparadas con las que tomábamos hace tan solo 20 años. Por ejemplo, en natación, solo se podía ver a los deportistas desde encima de la piscina:
hora pueden verse desde abajo:
O el fútbol o el hockey, donde los goles se veían como los vería un espectador, desde algún punto del estadio o la cancha:
Pero ahora se puede ver el gol en el momento en que el balón toca la red:
Para que esto sea posible han sido necesarios los avances tecnológicos, evidentemente. Antaño, teníamos fotógrafos y cámaras. Hoy tenemos cámaras robóticas que nos permiten ir donde ningún fotógrafo ha ido antes (ni podrá hacerlo).
Lugares tales como el fondo de la piscina, o colgadas desde una cuerda metálica sobre la misma, para capturar la acción desde abajo o desde arriba. Los equipos estarán suspendidos sobre lugares como el cuadrilátero de boxeo, el tatami del judo o la tarima de esgrima, así como las mesas de ping-pong.
Pero la tecnología solo es parte de la ecuación. Igual de importante es la combinación de creatividad, trabajo duro y enorme preparación.
AFP ha estado a la vanguardia de esta revolución durante años. Empezamos en 2002, al instalar cámaras remotas tras las porterías del Mundial de Fútbol de Japón y Corea del Sur. Fuimos los primeros en hacerlo.
Pero hoy es obligatorio tener una cámara en la portería.
Dos años después, en los Juegos Olímpicos de Atenas, fuimos los primeros en tener una cámara subacuática dentro de la piscina.
En 2016, probablemente usted ya haya sido visto muchas fotos acuáticas de nadadores y clavadistas.
Pero hace 12 años fue algo revolucionario. En los estándares de hoy, parece rudimentario.
Entonces había algo denominado “cajas remotas”. Básicamente, se ponía una cámara dentro de una caja resistente al agua en el fondo de la piscina con todos los parámetros ajustados –la exposición, el ISO, la velocidad de obturación-.
Cuando el nadador pasaba por encima de la caja, el fotógrafo que operaba la cámara presionaba el disparador para tomar algunas instantáneas, unas cinco por segundo. No se podía ver la captura ni controlar ninguno de los parámetros.
Hoy eso parece propio de la Edad de Piedra. Las cámaras robóticas de hoy en día nos permiten seguir la acción, cambiar los ajustes, tomar 12 instantáneas por segundo.
En lugar de un fotógrafo sosteniendo la cámara en el lugar de la acción, el fotógrafo está sentado en una sala frente a un panel de control digno de un avión, controlando una cámara instalada a cientos de metros de distancia. Podríamos estar sentados en la sala de prensa de un estadio de atletismo controlando una cámara robótica capturando el ping-pong que se disputa en el estadio de al lado.
En los Juegos de Londres de 2012 nos lanzamos de lleno al uso de las cámaras robóticas. Antes de los juegos, intentamos obtener permiso para situar a fotógrafos en el tejado, pero los organizadores dijeron que no era posible. Y muchos estadios no tenían acceso. Así que la única solución era usar cámaras robóticas.
Hoy en día trabajamos fundamentalmente con Nikon y con Mark Roberts Motion Control, el laboratorio que produce casi el 90% de los robots para este tipo de cosas.
En Rio, casi todas las disciplinas, desde el atletismo al balonmano, estarán cubiertas por cámaras robóticas o por control remoto. Contaremos con unas 20 cámaras robóticas, tres de ellas acuáticas, situadas en las piscinas para capturar la natación, el nado sincronizado y los clavados.
La tecnología nos ha proporcionado la oportunidad de ver los deportes desde un punto de vista completamente diferente, y, en consecuencia, lograr imágenes alucinantes.
Y la tecnología no se detiene. Estamos trabajando para hacer cosas diferentes en estos Juegos que aún no quiero revelar.
Las cámaras robóticas hoy son más fáciles de usar, y es más sencillo aprender a emplearlas. En Londres, solo dos de nosotros operábamos con ellas. Pero en Río tendremos a tres personas encargadas de ello y será posible que los fotógrafos que no estén trabajando en ese momento vengan a ayudarnos.
Hasta Londres, éramos los únicos en hacer fotografías acuáticas con robots. Pero los otros nos alcanzaron.
Siendo sincero, me mata poner tanto esfuerzo en esto y no tener la exclusividad. Pero es la realidad con la que tenemos que convivir: puedes tener una gran idea y llevarla a la acción, pero al final los demás te alcanzan. Así que uno tiene que seguir emprendiendo, pensando, siendo creativo para hacer algo diferente. Es como los deportes que cubrimos, que siguen evolucionando y mejorando. Y nosotros hacemos lo mismo. Así que yo siempre intento lograr algo un poco diferente: un ángulo especial, algo que nos haga destacar respecto al resto.
Evidentemente, no usamos esta tecnología solo para los deportes. Este año pusimos una cámara robótica sobre la alfombra roja del Festival de Cine de Cannes y Antonin Thuillie, el fotógrafo que controlaba el dispositivo, logró algunas imágenes fantásticas. La cámara captó a la estrellas cuando se disponían a subir las escaleras, tras posar para las fotos. Es un momento especial, pues ya están solas, un poco más relajadas después de tomarse las fotografías principales, y logramos algunas instantáneas realmente especiales.
Cubrir una cita como los Juegos Olímpicos supone una preparación enorme. Partí a Rio como tres semanas antes de que comiencen las competencias, para planificar e instalar todo el equipo. Pero, huelga decirlo, previamente hemos pasado meses preparando todo.
El funcionamiento es el siguiente: todas las grandes agencias tienen un encuentro con los organizadores semanas antes del inicio de los Juegos y les presentamos lo que queremos, y ellos nos dicen qué es posible y qué no. Hay un gran encuentro con todo el mundo. Y después intentamos tener reuniones privadas con los organizadores para preguntarles sobre posiciones o ángulos que no queremos que nuestros competidores conozcan, para lograr algo creativo. Y hacemos lo mejor con lo que obtenemos.
Algunas personas en nuestra área están en contra de los robots, porque consideran que están remplazando a los fotógrafos y que se está robando el lado humano y creativo de la fotografía. Pero eso es completamente falso.
Estas cámaras robóticas son una extensión del fotógrafo. Con la tecnología actual, el fotógrafo opera el robot y controla todos los parámetros normales de una cámara, como la exposición, la apertura o el ángulo. Y luego también está la elección del momento oportuno, que es crucial. Las cámaras actuales disparan unas 12 o 14 veces por segundo, pero como cualquier fotógrafo profesional puede corroborar, la clave está en disparar en el momento oportuno, una capacidad que solo llega con la experiencia.
Siempre se necesita el ojo profesional del fotógrafo para este tipo de cosas. Los robots no son competencia para los fotógrafos, solo otra herramienta, como una nueva cámara o una nueva lente. Estamos revolucionando la fotografía, pero lo fundamental (el cálculo, la anticipación, la elección del momento o las sorpresas) no ha cambiado, incluso a pesar de estas innovaciones.
Este texto fue escrito con Yana Dlugy en París.