Fotografiar la calle en la ciudad de las máscaras
SEÚL, 29 de julio de 2015 - El culpable de esta historia no es un objetivo nada fácil para los fotógrafos. Invisibles a simple vista, las imágenes microscópicas del coronavirus responsable de un brote del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) en Corea del Sur son increíblemente fascinantes, pero sirven poco para ilustrar el pánico al virus que se extendió entre los 50 millones de personas que habitan aquí.
El MERS es una amenaza dramática, pero mis intentos de fotografiarlo han sido justamente todo lo contrario, sobre todo porque implica en gran medida vagar por las calles, donde a la mayoría de los fotógrafos nos gusta pasar el tiempo. Al comienzo de la epidemia, que esta semana se declaró por terminada trs cobrarse 36 vidas, había muchísima gente con mascarillas en las calles de Seúl. Un mes después, las mascarillas ya no estaban por todas partes pero, aun así, nunca hizo falta ir muy lejos para hallar alguna.
Seúl es una ciudad ideal para hacer fotografías de calle, y tengo una lista cada vez más larga de sitios -parques, palacios reales, barrios de estudiantes y distritos de compras- que visito una y otra vez según la combinación de la luz y de la actividad, y la motivación de la foto que quiero hacer.
Los surcoreanos son bastante tolerantes con los fotógrafos, y yo trato de hacer contacto visual con las personas a las que les saco fotos. Aunque también es cierto que sus rostros permanecen en el anonimato detrás de las máscaras, lo que hace las cosas más fáciles.
Como muchos otros fotógrafos, o bien espero que una fotografía simplemente ocurra, o bien le doy vueltas bien e intento hacerla ocurrir, buscando un concierto favorable de muchos elementos.
Pero la mayoría de las veces mi criterio o el timing no funcionan y termino sin nada que mostrar por mis esfuerzos, algo que estoy convencido de que no se puede decir de colegas más talentosos, cuyos trabajos me sirven de enorme inspiración.
Aparte del trabajo que nace improvisadamente sobre la marcha, surgió la idea de hacer una serie de retratos posados de usuarios de mascarillas para mostrar cómo los surcoreanos comunes y corrientes toman medidas de protección contra el MERS.
Otra propuesta fue documentar a los voluntarios que entregaban medicamentos y suministros a algunas de las miles de personas que se mantenían en cuarentena en sus casas. Pero cuando estaba preparando la sesión de fotos, las autoridades vislumbraron una fantástica oportunidad para un ardid de relaciones públicas e invitaron a un político local, que entonces llegó a adueñarse de la escena.
Extrañamente, después de todo esto, un nervioso equipo de relaciones públicas nos pidió no utilizar ninguna de las imágenes en las que aparecía el político, porque constituiría una violación de la ley electoral. Con lo que una serie de fotos que podría haber ilustrado un ángulo interesante de la respuesta al MERS se fue a la basura.
Los eventos previamente coordinados con los medios de comunicación son a menudo útiles, dándonos acceso a lugares inusuales. Como en este caso, cuando se les permitió a los medios entrar a una sala de aislamiento de MERS en el Seoul Medical Center. Aunque, como también suele ocurrir, las imágenes “extraoficiales”, las que son tomadas al margen de las “visitas guiadas”, son las que merecen más la pena.
Y en los tiempos de espera entre buscar ideas o presionar para conseguir autorizaciones para acceder a lugares, siempre existe la imparcialidad de la calle, un lienzo de caos siempre disponible para perderse y crear.
Ed Jones es el fotógrafo jefe de AFP para Corea del Sur