La extraordinaria vida de "Doña Anna"

Anna Kipper, 1945

(El Tiempo)

PARIS, 19 de mayor de 2015 - Nacida el 4 de septiembre de 1908 en Varsovia, en una familia judía polaca, Anna Kipper comenzó su carrera de periodista en 1931 en la oficina de la agencia Havas  (la antecesora de AFP) en Varsovia. Adjunta del jefe de oficina, Maurice Nègre (director general de la AFP desde 1947 hasta 1954), tuvo que abandonar Polonia al comienzo de la Segunda Guerra Mundial,  y establecerse en Francia.

Kipper trabajaba en la redacción de Havas en París, luego en Tours,  Burdeos y Clermont-Ferrand, - todas ciudades francesas- siguiendo los repliegues sucesivos de la agencia debido al avance de las tropas alemanas. “La desafortunada agencia Havas, que fue una de las más poderosas del mundo, está agonizando”, diría Anna. A causa de un artículo sobre la valentía de los londinenses durante los bombardeos, en el cual hizo una comparación con la resistencia polaca en Varsovia en 1939, fue despedida en octubre de 1940.

El despido que luego calificó de “suprema honra periodística” era sinónimo de exilio para la periodista judía sin trabajo. Anna tuvo que dejar Francia. Partió hacia América Latina, destino común para numerosos refugiados judíos que iban en barco hacia el Nuevo Mundo. Su periplo duraría cerca de un año.

AFP, 1946

Salió de Marsella en enero de 1941, a bordo del barco “Alsina”. Pasó por Senegal, estuvo varios meses en Marruecos, siguió hacia España y finalmente hacia América del Sur. Su embarcación, el “Cap Horn” al igual que muchas otras que transportaban judíos en aquella época, no consiguió autorización para atracar en los puertos de Argentina, Uruguay y Brasil. 

El barco, propiedad de la marina española, llevaba cerca de una centena de refugiados judíos, la mayoría provenientes de Polonia y Checoslovaquia. En dos intentos, en octubre y en noviembre de 1941, se les negó el acceso al puerto de Río de Janeiro. Calificados por las autoridades brasileñas como refugiados “no asimilables”, los pasajeros no podían obtener una visa. Su situación parecía desesperada. Creían que el barco los llevaría de vuelta a Europa, pero por razones humanitarias, la colonia holandesa de Curazao aceptó acoger el navío con sus agotados pasajeros. 

El “Cap Horn” atracó en la isla a mediados de noviembre. Después de una cuarentena sanitaria, Anna obtuvo una visa para entrar en Colombia el 20 de diciembre de 1941, exactamente “once meses y cinco días después de haber partido de Marsella”. Hizo un recuento de su viaje en su libro “Escape exótico, impresiones de guerra y del exilio”, publicado en 1943 en Colombia, su país adoptivo. 

En Bogotá, continuó durante la guerra con su trabajo de periodista, colaboraba con radios y periódicos,  y luego fue contratada por el diario El Tiempo. Se ocupó del servicio de prensa de la delegación polaca en Colombia, representación local del gobierno polaco en el exilio en Londres. Se apasionó por la antropología y siguió las historias de los indígenas nativos. En pocos años se convirtió en Bogotá en “Doña” Anna, un título afectivo que le concedieron periodistas, intelectuales y artistas. 

AFP

Naturalizada francesa y poligota (hablabla ocho lenguas), Anna regresó a Francia tras la liberación, en 1944, y entró a trabajar en AFP como “jefa del equipo del servicio radiofónico”.

Admitida en marzo de 1945 en la Sociedad de Americanistas, junto a Claude Lévi-Strauss, presentó documentos sobre las tribus Chibcha de Colombia y sobre la leyenda de Eldorado.

Pero sus pasiones y su vida privada seguían en América del Sur. Le propuso a Maurice Nègre abrir una corresponsalía en Bogotá. Pero, la nueva Agence France-Presse, creada en agosto de 1944 sobre la herencia de Havas, tiene otras prioridades que la cobertura de Colombia. Anna decide entonces instalarse en una oficina por cuenta propia. Por dos años, AFP le retribuyó como freelancer. 

Sus orígenes polacos le valieron serios problemas. Fue acusada por un embajador de Polonia en América Latina de ser un “agente” del gobierno polaco que estaba en el exilio en Londres. Un adjunto de la embajada de Francia también realizó una campaña en su contra, tratándola de “periodista de reuniones, más o menos polaca, vagamente etnógrafa, pero de moralidad más que dudosa”.

Anna Kipper y Guadalupe Salcedo, 1953 (Foto El Tiempo)

El periodista colombiano Eduardo Mackenzie, autor del libro “Las FARC o el fracaso de un comunismo de combate”, consiguió registros de este episodio en los archivos de Quai d’Orsay. Al término de una investigación, el embajador de Francia certifica que ella estaba alejada de toda acción política. “Hacía un excelente trabajo como responsable de la AFP en Bogotá”. El adjunto de la Embajada fue despedido. 

Después de la guerra, AFP tenía sólo tres oficinas en toda América del Sur: Argentina, Brasil y Chile. "Nada. Nadie, en ningún otro lugar, excepto en Colombia, donde estaba una excolaboradora de Havas en Varsovia”, escribió Basilio Tesselin en su libro "Los caminos del periodismo ". 

El “Yalta de la información”, suerte de pacto para la división mundial de la información entre Reuter, Havas y Wolff que prevaleció hasta el fin del siglo XIX y al comienzo del XX, fue terminado. La herencia de Havas no era más dominante en la región. Una gran competencia se desarrollaba con la llegada de las agencias anglosajonas, las estadounidenses Associated Press y United Press International, y la británica Reuter.

Para la AFP se abría un período de euforia pionera, de reconquista del territorio latinoamericano. Anna Kipper es designada en 1946 directora de AFP en Bogotá. Fue la primera mujer al frente de una redacción de AFP en el mundo. Junto con Anna, llegaron a la región corresponsales que hicieron una gran carrera, como Gabriel Lacombe en Río y Robert Katz en México. Más tarde llegarían Albert Brun a Lima, Jean Maille de Trevanges a Caracas y Michel Iriart a Buenos Aires y Santiago.

Anna tiene un papel destacado en esta reconquista. “Ocho horas, doce horas, dieciséis horas, durante las que ella no sale de la oficina, traduciendo sola veinte mil o veinticinco mil palabras de despachos a París, escribía y reescribía siempre bajo una suerte de mareo demoníaco, con un teléfono que seguía los caprichos tropicales, encontrando los medios entre dos emisiones y visitando a los directores de periódicos”, cuenta Basile Tesselin, según un boletín de la AFP en enero de 1947.

Añade Basile que “para ayudarla cuenta con la nicotina de cigarros que se encienden unos a los otros y la cafeína de los ‘tintos’ colombianos tomados de hora en hora”. La oficina estaba en un barrio popular del centro, cerca del Museo del Oro.

En el ambiente humeante y con olor a café, los jóvenes redactores que devinieron en grandes nombres del periodismo colombiano venían a comentar las noticias de una Europa en vías de reconstrucción.

La AFP intenta sobresalir y le explica a sus clientes que no pueden conformarse con informaciones provenientes de fuentes anglosajonas. La oficina recibe las noticias por radio en clave morse. Traduce cables al español antes de enviarlos a los grandes diarios de la capital El Tiempo y El Siglo. Es un período floreciente. Los diarios tienen varias ediciones por día y las agencias corren para conseguir colocar sus despachos antes de que los diarios lleguen a las rotativas.

Anna Kipper vivirá un gran momento de la historia de Colombia. El 9 de abril de 1948 el jefe del partido liberal Jorge Eliecer Gaitán es asesinado de varios tiros de bala en las calles de la capital. Su homicida, Juan Roa Sierra es linchado por la multitud. El presidente conservador Ospina Pérez acusa a todas “las personas de afiliación aparentemente comunista” de haber matado a Gaitán. 

La oficina de AFP en Colombia informa la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, 1948

Los seguidores del carismático líder, popular entre la clase media y los más desfavorecidos, atacan las instituciones. Los manifestantes prenden fuego a los edificios públicos. La insurrección se extiende y  enfrenta a liberales y conservadores, pero el ejército restablece el orden. “Bogotá está muy destruida”, titula El Tiempo. Las manifestaciones dejaron “1.500 muertos y 3.000 heridos”, según una nota publicada por AFP el 21 de abril.

En las calles, otro testigo privilegiado, un estudiante cubano de veinte años, Fidel Castro, llegó a Bogotá con activistas comunistas de América Latina para interrumpir la celebración de la 9a Conferencia Panamericana, que se celebraba en ese momento. Castro reconoció su participación en el levantamiento en una entrevista en 1981 en una radio colombiana. Pero negó cualquier implicación en el asesinato de Gaitán.

Anna Kipper en su oficina en Colombia, década de 1970 (Foto El Tiempo)

Este acontecimiento dramático conocido como el "Bogotazo" permaneció en la memoria de los colombianos. Es el factor desencadenante del término "violencia" que designa el largo período de conflicto entre liberales y conservadores a mediados de los años cincuenta. Estos conflictos continuarán en las zonas rurales, en forma de levantamientos campesinos que serán responsables de la creación de la guerrilla marxista de las FARC y el ELN.

Unos años más tarde, nos encontramos con Anna Kipper en los Llanos Orientales de Colombia, cerca de la frontera con Venezuela, donde asistía a la entrega del líder guerrillero Guadalupe Salcedo. Kipper firmó en septiembre de 1953 en El Tiempo un informe titulado "una escena que no podemos olvidar", que describe la entrega de armas por parte de las guerrillas liberales.

"Vi a un ejército -fuera de la ley- con una amplia variedad de armas, del siglo pasado, vestidos con los más diversos pertrechos, a veces sin camisa, descalzos y casi todos desdentados, haciendo el saludo militar antes de deponer las armas y de recibir el espaldarazo del general Duarte Blum, comandante en jefe de las fuerzas armadas colombianas ".

Única representante de la prensa internacional, aparece en una foto junto al líder revolucionario. Era entonces una mujer elegante, de rostro largo y cabello corto (foto Banco de la República de Colombia).

Anna siempre fue muy discreta. Contó parte de su historia que reconstruí a partir de documentos y testimonios. Cuando llegó a Colombia en 1941 ella pensaba que había hecho un "escape exótico". Había prometido regresar a Polonia. "Sólo tengo un objetivo, volver a ver Varsovia, mi ciudad natal", dijo en su libro, pero nunca volvió.

Conocí a Anna Kipper en los últimos años de su vida. Se había retirado cerca de Bogotá después de abandonar la AFP en septiembre de 1973. Vivió retirada en una casa aislada en Suba, en medio de sus antigüedades precolombinas y sus árboles de café. Murió en Colombia el 28 de marzo de 1989 a los 81 años.

Yves Gacon es director de Documentación y Edición de AFP. Dirigió la oficina de AFP en Bogotá entre 1980 y 1984

Homenaje a Anna Kipper en la prensa colombiana, 1989